Valladolid no deja de sorprender a propios y extraños, pues entre la infinidad de puntos turísticos que ofrece para visitar está una casita de paja tradicional ubicada en la Calzada de los Frailes, a escasos metros antes de desembocar en el corazón del barrio de Sisal. Mejor conocida como“La casita blanca” con techo de huano, que se destaca como la única entre tantas casas de construcción de arquitectura española que se mantiene en pie hasta la fecha, es mudo testigo de los cambios que ha sufrido la zona.
“La casita blanca”, a pesar de que se ha incendiado en una ocasión, de lo que no se sabe si fue intencional, por envidia, o por accidente, es propiedad de Epifanía Tamay, oriunda del poblado de Dzitnup, comisaría de esta ciudad, quien la recibió de herencia de sus abuelos.
Esta casita es un orgullo para los vallisoletanos, ya que recuerda que en aquel tiempo en la ciudad la gente podía caminar sin sobresaltos por las calles, sentarse en la puerta de la casa a platicar por las noches para tomar el fresco.
La vivienda maya tradicional de la Península de Yucatán no ha sufrido cambios desde antes de la llegada de los españoles, es de planta elipsoidal, ya que tiene muros redondeados; la estructura en madera con cubierta de guano o de paja que la vuelven un espacio acogedor por su forma envolvente.
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Según investigaciones los antiguos mayas tenían la costumbre de hacer una pared de por medio y a lo largo y en esta pared dejaban unas puertas por la mitad y que le llamaban las espaldas de la casa, que les servía de dormitorio y la otra mitad la encalaban y dibujaban lo que desearan porque esta parte servía para recibir visitas o algún huésped.
SY