En el marco de una solemne celebración eucarística, la grey católica de la parroquia de San Antonio de Padua de la villa de Tekit, se despidió de la efigie de Nuestra Señora de Tetiz, que estuvo de visita en el municipio por tres días.
“Hace dos años (2019) con gozo y alegría la recibimos por primera vez; el año pasado, por la situación de la pandemia que aún continúa, no la pudimos recibir, pero este año, con todas las restricciones y cuidados que nos indicaron las autoridades, de nueva cuenta tuvimos la grata visita”, compartió el Presbítero Raymundo Pérez Bojórquez.
La jornada correspondiente a la grata visita, inició la tarde del viernes con el arribo al municipio de la pieza religiosa proveniente de Tetiz, quien fue recibida a las puertas de la parroquia por Pérez Bojórquez, originario de Hunucmá.
Esa noche, se efectuó el rosario de bienvenida y la celebración de la eucaristía, en el marco de la solemnidad de San José, esposo de la Virgen María, mismo día que declaró el Papa el inicio del año de la familia.
Para el día sábado por la mañana, los grupos de apostolado, sectores y centros pastorales del municipio, realización durante el día su devoción y amor a la Virgen de Tetiz. Por la tarde, la venerada efigie visitó la vecina población de Mama, santuario de Nuestra Señora de la Asunción.
Tras la celebración del rosario y misa, la imagen retornó a la sede parroquial en Tekit, donde el sacerdote Raymundo Pérez ofreció otra misa, que culminó con un despliegue de pirotecnia que avivó el ambiente de fiesta, júbilo y alegría religiosa, por la presencia de Nuestra Señora de Tetiz.
Finalmente, la mañana de ayer se ofreció la solemne misa para despedir a la efigie, ante un aforo limitado de feligreses católicos.
Posteriormente, la imagen de Nuestra Señora de Tetiz que lució siempre radiante y elegante, fue cargada por los custodios y el sacerdote anfitrión Pérez Bojórquez para ser llevada a la entrada de la iglesia y emprender el viaje de retorno. Previamente, se efectuó el cambio de corona.
Los aplausos y desbordante alegría de los parroquianos enmarcaron el memorable acontecimiento para ambas comunidades, cuyos feligreses aprovecharon en todo momento tomar fotografías y videos para guardar como recuerdos.
Tras ser colocado en un vehículo, la efigie emprendió el viaje de regreso a la iglesia de San Bernardino de Siena, santuario de Nuestra Señora de Tetiz. El recorrido por las calles de la “Capital de la Guayabera” estuvo amenizada por las melodías del mariachi.
Cabe destacar que, durante la jornada religiosa, se contó con las medidas de higiene y prevención.
Para las misas, se contó con un filtro sanitario donde se tomó la temperatura y se aplicó el gel antibacterial; las celebraciones fueron para un número limitado de asistentes.
La fraternal visita de tres días a Tekit, de la nombrada cariñosamente como “La pobre de Dios”, responde a una iniciativa para que la devoción de la efigie llegue a más comunidades de la iglesia de Yucatán; sea conocida, venerada y se entienda su devoción