La primera jornada dominical con el Malecón Tradicional e Internacional cerrado, trajo una polémica que fue denunciada por los prestadores de servicios y trabajadores de restaurantes del sitio, pues mientras ellos se quedaron con las ganas de recibir a miles de visitantes, en Chelem y Chuburná se tuvo un registro de unas 4 mil personas entre sábado y domingo, tomando en cuenta puntos turísticos, zonas de casas veraniegas y marinas, de donde salieron yates de paseo sin restricción alguna.
Con apenas unos 50 turistas en la Prolongación “Romeo Frías Bobadilla” y con el desgano de quienes laboran ahí, así se vivió la actividad desde las primeras horas de la mañana. Los comerciantes ambulantes reportaron que quien corrió con suerte apenas vio el 15 por ciento de las ganancias regulares que habían tenido en los sábados y domingos de lleno total.
Por su parte, los restaurantes vivieron diferente situación, mientras los del principio sufrieron el rechazo de los clientes por el ruido de las construcciones del tramo, los establecimientos del final tuvieron hasta un 30 por ciento de ocupación de su capacidad, permitiéndole a sus colaboradores obtener unas ganancias regulares.
Caso sorpresivo resultó con las pescaderías de la calle 21, las cuales fueron las favoritas del día, esto aseguran los colaboradores, se debió a que la economía de los turistas los llevaba a un lugar donde gastaran menos.
Las familias, en su mayoría locales, eligieron sentarse en los pocos espacios que tenían a los costados de los restaurantes. Lamentablemente, quienes más sufrieron esta medida fueron los infantes, quienes jugaban en la arena que está junto a las áreas verdes que sirven de adorno en la acera. Por su parte, los asistentes de otro estado o nación llegaban sin pensar que estaría cerrado el acceso a la arena, por lo que se iban enseguida. Otros dejaban algo a la raquítica economía turística y se quedaban a almorzar en algún restaurante.
Solamente los comensales de “Eladios” pudieron vivir la experiencia de tener playas en sus pies mientras degustaban platillos, ya que este lugar contó con un espacio de unos 10 metros de ancho por dos de largo, aunque la mayoría de sus clientes sólo utilizó esta área para fumar o hacer llamadas telefónicas.
Jorge Alberto Flores Encalada, de 76 años, acomodador de coches, pero por su edad asegura que no le permite tener una contratación en algún restaurante. Esto ha causado que dependa de la afluencia, situación que lo ha mantenido “contra las cuerdas”, al menos por este fin de semana, señaló.
“La gente viene y se va. Hay mucho despistado y no es para menos. Progreso es de los pocos sitios que cerró su principal centro turístico. Pedimos una vez más que piensen en la gente adulta mayor como yo y se rectifique esta medida. Hay mejores estrategias para evitar contagios”, expresó.
Junto a él, también Ángel Antonio Araujo Coyuc, mesero de “Tommy’s”, señaló que tuvo una situación por la mañana con su familia que afirma lo puso a pensar: “estaba yo a punto de venir a trabajar cuando mi esposa me preguntó qué era lo que íbamos a comer. Es duro porque sinceramente no nos da para el gasto. Le dije que haga junta de todo lo que hallara en la alacena. Al fin conseguí unas jaibas y las comimos con un revuelto de sopa y arroz. Mi hijo me pidió hasta juguetes si me iba bien, era obvio que le respondí que no serían así las cosas”, recordó.
La petición de Antonio Araujo también recae en los representantes del puerto, pide ser más humanos y pensar en situaciones como las que él y varios colegas más viven: “esto ya no se trata de política. Se trata de ayudar a más de 500 familias que la están pasando verdaderamente mal con este cierre”, agregó.
Turistas emigran a Chelem y Chuburná
Diferente color mostró el puerto de Chelem y Chuburná, sitios donde al menos alrededor de 3 mil personas, entre la parte turística y área de casas veraniegas, estaban disfrutando de baños en el mar y convivios, sin uso alguno de los protocolos de higiene, mucho menos de la sana distancia.
En estas comisarías no hubo restricción alguna y tanto familias locales como visitantes pudieron hacer todo tipo de actividades. Incluso cerca de los bañistas pasaban varias motos acuáticas.
Por supuesto, uno de los sectores más beneficiados fue el restaurantero, los cuales mostraron llenos a lo largo de los dos días del fin de semana. Esto se comprobó tanto por los comensales que esperaban mesa y por el embotellamiento constante que había en la carretera.
Dentro de las acciones de la Policía Municipal estuvo un filtro a pocos metros del acceso a Chelem, donde se medía la temperatura y hasta había revisiones a fin de conservar la tranquilidad de la comunidad.
“Queríamos estar en Progreso. Pretendíamos festejar un cumpleaños, pero nos pasamos aquí (Chelem). No sabíamos nada del cierre. Una familia que nos vio despistados nos dijo de este puerto y quedamos maravillados. Hasta hay más tranquilidad”, opinó Magdalena Chávez Cruz, turista que llegó al Estado, procedente de San Luis Potosí.
Acusan presencia de yates y motos acuáticas
Una de las quejas fue por varias embarcaciones de lujo y motos acuáticas que sin problema recorrían varias millas cerca de la playa, sin temor a que reciban una sanción por ello; incluso dueños de yates se ponían a nadar por largos ratos cerca de la orilla.
Esto tuvo como saldo un aparatoso accidente a la altura del campo “Jacalón” que se encuentra entre Progreso y Chicxulub. En ese punto colisionó una lancha turística de 21 pies contra una lancha con siete marineros a bordo que llegaban de realizar la llamada “pesca alternativa”.
En el percance, cuatro de ellos resultaron con lesiones graves y fueron llevados por sus mismos compañeros al hospital para su revisión posterior. Se espera que la Policía Costera en breve dé un parte para saber la sanción que recibirá el propietario de la embarcación “Boston Whaler”.
“¿No se supone que las playas están cerradas? ¿de cuáles privilegios goza esta gente? Este tipo de situaciones ponen al gremio a pensar. Es una lástima que no se respete esta medida, mientras unos pasean, nosotros nos quedamos sin trabajo”, expresó el comerciante Manuel Roldán.
Aseguran que estas pruebas serán incluidas dentro de los documentos que harán llegar al gobernador Mauricio Vila Dosal, esto con la finalidad de que se les otorgue un apoyo durante los días en que no estarán laborando por el claro descenso que traerá el cierre de playas que empezó el pasado viernes y concluirá hasta el día 11 de abril.
“No es justo que nos cierren nuestro espacio de trabajo y sí le permitan a ciertos turistas venir a dar sus paseos a la playa”, expresó.
Por último, los trabajadores de este sector comentaron que sostendrán una plática con el Regidor de Obras Públicas, Franklin Antonio Franco Sánchez a fin de buscar una solución al problema. Esta situación los ha puesto en “jaque”, pues quien representa al sector Turismo, dentro de la Comuna es Alfredo Salazar Rojo.
SY