Prestadores del sector turístico aseguraron que ayer domingo se presentó la mejor jornada de trabajo que han tenido desde principios de febrero cuando se clausuró la playa, esto gracias al lleno total que se presentó a lo largo del día, mismo que representó un serio riesgo para la afluencia vial pues había autos estacionados dos kilómetros fuera del malecón.
Desde las 06:00 horas (seis de la mañana), los integrantes de este rubro aseguraron que los deportistas dieron las primeras alarmas de lo concurrido que sería el día: “Pensé que había carrera o circuitos de triatlón; a la gente ya se le quitó el miedo, ahora sólo es cuidarse bien y disfrutar otra vez de lo que no tenían desde que inició esto (pandemia por COVID-19)” expuso Juan Aldrete Chim, vendedor de las tradicionales tortas de kivi.
De esta manera, poco a poco empezó a llenarse el primer cuadro de la ciudad: familias de dentro y fuera del estado abarrotaron el mercado municipal, el Parque de Independencia y hasta las misas dominicales mañaneras, varios católicos se quedaron fuera por las restricciones de capacidad que la Arquidiócesis ha ordenado.
Siendo el mediodía, el malecón estaba a tope, los negocios de comida fueron los más beneficiados, pues ahora no sólo se llenó la zona adjunta al monumento de Juan Miguel Castro, la gente también atiborró hasta el último tramo de la Prolongación “Romeo Frías Bobadilla”.
“Desde que se abrió la playa no habíamos vuelto a laborar así, está de “locos” la situación, no hemos tenido ni oportunidad de descansar, el cansancio es fuerte, pero al final creo que la economía es más importante, esperemos que así se mantenga toda la Semana Mayor”, expuso Pascual Martín Sena, mesero del establecimiento “Los Cocos II”.
Artesanos y masajistas también recibieron con agrado la frecuente actividad, debido a que sus áreas fueron sumamente castigadas, aún con los llenos que se registraron en días pasados.
“Ahora si vino la gente, este domingo nos hizo extrañar aún más a los cruceros; los barcos creo que deberían regresar, es muy raro que todos nuestros ingresos vengan del yucateco, aunque hoy si se portaron bien con nosotros, fue un gusto atender tanto paisano”, declaró Estefanía Coral Chan, masajista que exhortó a la comunidad a no temer de este servicio, pues afirmó contar con todas las medidas de seguridad necesarias como lo es el trabajar con cubrebocas y desinfectar las camas al instante.
Se olvidaron de la Sana Distancia
Lastimosamente, otra vez los bañistas se olvidaron de la sana distancia, de igual manera era común ver alguno que otro negocio con sobrecupo o con comensales esperando mesas en espacios reducidos.
Una de las áreas que más llamó la atención fueron las instalaciones adaptadas a la gente con discapacidad, debido a que varias familias se asentaron en el inmueble sin respetar el uso para que el que fueron inauguradas.
“Creo que los contagios se dan en otros lugares, como camiones de transporte público por ejemplo, en la playa nos sentimos muy seguros y sin miedo”, expresó Rosaura Huchim Valle, turista que llegó desde un día antes al puerto para pasar la noche en un hotel junto con su familia.
Esta misma afluencia se registró en puertos como Chuburná y Chelem, sitios donde la derrama económica también se presentó de manera positiva para el rubro turístico.
Por su parte, Emilio Caamal Gutiérrez titular de la Policía Municipal, afirmó que los operativos llevados a cabo mostraron un saldo blanco; fuera del centro de la ciudad sólo se presentaron colisiones sin lesionados de gravedad.
“Colocamos los alcoholímetros a la salida al puerto y uno más en Chelem, como siempre, creemos que podemos pasar un rato de sano esparcimiento, pero sin olvidar los protocolos de higiene que piden las autoridades de Salud”, manifestó.
A lo largo del fin de semana se contabilizaron cerca de 30 mil visitantes en toda la costa yucateca, la mitad serían asistentes de Progreso.