Después de más un año que los turistas dejaron de visitar la ciudad a raíz de la pandemia por el COVID-19, la mañana de ayer un numeroso grupo de personas provenientes de diferentes partes del interior de la República descendieron de un autobús.
Hace un año, a pesar del coronavirus, grupos de turistas continuaron llegando a Hunucmá, pero las autoridades les prohibieron su estancia para evitar los contagios. Incluso hasta los choferes de los autobuses que los traían fueron invitados a continuar su camino.
Cerca de las 8:30 horas, la unidad se estacionó a un costado del Parque Principal y de ella descendieron adultos mayores, jóvenes y hasta niños para conocer el lugar de paso hacia el Pueblo Mágico de Sisal, y de ahí al polo turístico de Celestún.
En esta ocasión, tal como lo hacían los grupos que llegaban a la ciudad, los turistas no incluyeron su visita a la iglesia de San Francisco de Asís, tal vez por las medidas de restricción impuestas debido al coronavirus, aunque el templo católico estaba abierto a esa hora cuando se celebraba la misa de las 8:00 de la mañana.
Los visitantes cruzaron el paso peatonal y de ahí se dirigieron al mercado municipal, donde adquirieron frutas como mandarina, melón, manzana, naranja dulce, etc.
Aunque algunos de ellos, como Baltasar Marrufo, quien dijo ser de Veracruz, acudieron a las tiendas de artesanías, junto con algunos familiares, sólo observaron y se retiraron.
Antes de ingresar al área del mercado, los visitantes recibieron gel antibacterial de una agente de la Policía Municipal. Todos los visitantes portaban sus cubrebocas.
De ahí salieron y cruzaron hacia el parque de San Francisco de Asís y se dirigieron a la taquería “El Amigo Cariño”, uno de los establecimientos de cochinita pibil más antiguos de la ciudad, para después continuar con su paseo