Los cenotes no son considerados como “tierras ociosas”, porque siempre han estado ahí y están expuestos a la afluencia del ser humano. En ese caso, las ociosas son las personas por no cuidarlos, así lo dio a conocer la doctora en geografía ambiental, Yameli Aguilar Duarte, del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) en Yucatán.
Esto, en respuesta a la investigación que llevó a cabo la Unidad de Ciencias del Agua del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) y que fue publicado por este medio, en la que se menciona que los habitantes de Cancún, Quintana Roo, ignoran el valor que representan los cenotes ubicados en las áreas urbanas públicas de la demarcación, ya que los utilizan como depósitos de basura o los consideran como “tierras ociosas sin beneficio”.
No obstante, alertó que debido a toda la contaminación de la que están expuestos los cenotes, en este momento, se pueden considerar en “alerta roja”, por la situación en la que se encuentran.
Dijo que la investigación responde exclusivamente al área de Cancún y, por lo tanto, a cenotes urbanos. La gente de esa localidad no tiene conocimiento de ese tipo de ecosistemas. La también bióloga dijo que no es lo mismo las personas que viven en una ciudad que la población que habita en zonas rurales, porque tienen contextos culturales muy diferentes, y al no tener ese conocimiento, pues no son valorados.
De acuerdo con el investigador de la Unidad de Ciencias del Agua del CICY, Eduardo Cejudo, quien encabezó esa investigación, informó que algunos cenotes están contaminados con diversos residuos sólidos e incluso, sustancias tóxicas y agroquímicos. Al respecto, la especialista sostuvo que la Ley de Aguas Nacionales actual refiere que a nivel peninsular y estatal han establecido lineamientos para cuevas y cenotes.
Aunque reconoció que la mayoría de los reglamentos dedican estos temas con mayor prioridad al sector turístico, pero desconoce si tratan aspectos urbanos.
“Pero lo que es un hecho es que la contaminación en cuadros de agua si impactan al sistema acuífero en general” señaló.
La investigadora refirió que no se trata solamente de culpar a un solo sector, toda vez que aseguró que es una tarea conjunta entre las autoridades municipales y estatales, quienes deberían de actuar en la recolección de residuos y en la implementación de diversos programas educativos para el contexto peninsular.
Entonces, que esos programas educativos que se implementaran cumplan la función de brindar un conocimiento acerca de la formación, por ejemplo, de los cenotes, su estructura y formación, para su mayor cuidado y valoración.
“Aquí hay una responsabilidad intersectorial y esto es un problema complejo que se tiene que atender, dependiendo el lugar, porque no son los mismos casos en toda la península. Esto requiere el esfuerzo de programas de educación ambiental y aunque existen algunas, considero que no han sido lo suficiente.
“Que también vaya ayudado con trabajos parte de las autoridades, quienes deberán de promover programas de manejos de residuos sólidos y lo referente a este tema”, finalizó.
En cuatro años, se han recatado 40 cenotes
En los últimos tres años en Yucatán, han sido rescatados 40 cenotes en 17 municipios de la Entidad, los cuales presentaban severos daños de contaminación, de acuerdo con información de la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS).
Asimismo, se han extraído más de 10 toneladas de basura de diversa índole, desde plásticos, ramas, trastes, utensilios de cocina, sanitarios hasta osamentas de animales que fueron arrojados a esos sitios considerados por la cultura maya como sagrados. Buzos y personal de la dependencia realizan constantemente los trabajos de saneamiento y rescate de las dolinas, las cuales podrían ser un punto de la actividad ecoturística de las comunidades donde se encuentran.
Hasta el momento, se han rescatado cenotes ubicados en los municipios de: Abalá, Calotmul, Chankom, Dzidzantún, Homún, Huhí, Kaua, Kopomá, Mérida, Panabá, Sotuta, Suma, Tekit, Tecoh, Umán, Valladolid y Yaxcabá.
El año pasado, fueron 24 los cenotes que se intervinieron, realizándose la limpieza respectiva para que puedan ser utilizados con diversos fines. Se extrajeron cuatro mil 58 kilos de desechos.
En lo que va de este año, se ha efectuado la limpieza de seis cenotes, de los cuales se han extraído mil 546 kilos de desechos.
Remontándose de marzo del 2018 hasta la fecha, se han rescatado un total de 40 cenotes, de los cuales se extrajeron 10 mil 865 kilos de basura.
De acuerdo con el censo de la Secretaría de Desarrollo Sustentable, en el Estado hay por lo menos dos mil 421 cenotes, grutas y cavernas, aunque no se tiene el dato de cuántos de estos presentan serios problemas de contaminación.
Por su parte, el arqueólogo Sergio Grosjean Abimerhi indicó que desde el año 1999 de manera altruista, él junto con otros buzos comenzó con el rescate de cenotes.
JG