Marlín de la Cruz y Alma Montalvo son dos jóvenes bailarinas profesionales del puerto que celebran el Día Internacional de la Danza expresando su talento a través de la pista de baile y enseñando a las nuevas generaciones el arte que les apasiona.
Alma Elizabeth Montalvo Fernández, de 32 años, ha dedicado la mitad de su vida a la danza, enfocándose en el belly dance, por medio de la Academia “Galil” de las hermanas Danae y Alegría Segura.
Hoy día, maneja la escuela “Danza del Alma”, afiliada a la Feyac en Flamboyanes, otorgando sesiones de diferentes artes sin costo alguno con el objetivo de alejar a la niñez y juventud de los vicios y la violencia.
“Defino mi escuela como accesible, comunitaria e inclusiva. Aquí tenemos como primer y máximo objetivo el aportar algo a nuestra comunidad; es un espacio donde a nadie se le discrimina por su edad, religión, color o preferencias, contrario a ello los motivamos a ser mejores personas a través de los valores”, expresó Alma Montalvo.
Aparte de las clases de belly dance, breaking o folclore que los alumnos pueden elegir, una vez al mes se les otorgan talleres para fortalecer sus principios, entre los temas que se han tenido está el de educación sexual, nutrición, psicología, importancia del núcleo familiar, entre otros.
La también trabajadora social detalló que por la pandemia, sus alumnos se redujeron de casi 100 a sólo 50 por el momento; sin embargo no descarta volver a tener sus salones de baile con aforo completo y regresar a los grandes eventos.
“La danza me ha permitido visitar muchos lugares, uno de mis favoritos es Argentina, donde tuve la oportunidad de hacer un intercambio cultural con bailarines de ahí. En mi opinión considero el arte y la cultura como un derecho total que debe ser adherido a todo ser humano para su formación íntegra”, expresó.
Historia de éxito
Marlín Noemí de la Cruz Zapata considera que “querer es poder”, ya que su historia relata cómo la ahora maestra de diversas especialidades tuvo que luchar desde temprana edad para lograr sus objetivos en el medio artístico. Hoy día, a sus tan sólo 24 años, cuenta con escuela propia y 130 alumnos.
“Desde pequeña quería ser bailarina, siempre estuve participando en festivales escolares; el inicio para llegar al ámbito profesional fue algo complicado, mis papás eran de escasos recursos y teníamos que realizar venta de postres para pagar mis estudios en el Cedart, donde me formé, a la par de cursos en Bellas Artes y el Esay”, relató.
La entrevistada también reveló que esa misma perseverancia es la que la ha llevado a ser hoy en día la seleccionada de la justa nacional de belly dance, “Belly a la mexicana”, que organizó la reconocida artista Daniela Gómez para el mes de septiembre.
Asimismo, sus alumnas formarán parte del torneo internacional de danza que se llevará a cabo en la Riviera Maya durante el siguiente trimestre del año, “México Dance Competition”.
“Para trabajar en el medio se requiere de amor total por lo que haces, con mi escuela tengo sólo tres años pero estoy contenta con lo que se ha conseguido, empecé en una habitación de mi casa, luego nos fuimos a un espacio un poco más grande pero algo alejado del centro del puerto, hasta que finalmente ubicamos la “Academia Marlín de la Cruz” en el primer cuadro de Progreso”, agregó.
Sin embargo, asegura que lo conseguido representó incluso la inestabilidad para su carrera, ya que la pandemia le impidió trabajar a sólo un mes de haber inaugurado su propia escuela.
“No salía para el gasto, la renta nos absorbía pero vuelvo a lo mismo, cuando se quiere salir adelante no importan los medios, uno tiene que sacar fuerzas e ingenio para lograr las metas. Hoy día conservo la sana distancia, tenemos filtros antes de que los alumnos tengan acceso y en todo momento se les recuerdan los protocolos a seguir, es una nueva modalidad pero definitivamente hay que acoplarnos”, aseguró la bailarina.
Parte de sus nuevos retos serán un total de cinco títulos profesionales que busca entre el último trimestre del 2021 y el primer trimestre del 2022, los más importantes en belly dance y heles (baile con tacones).
En la escuela de Marlín de la Cruz, se otorgan cerca de diez disciplinas, aunque en estos días, la novedad ha sido la apertura de las sesiones de twerk y pole dance.
Por último, la entrevistada dejó en claro que la danza le ha permitido tener una sonrisa al pisar un escenario, este gusto, asegura, lo ha adoptado su hija de tan sólo 3 años de edad.
“Soy orgullosamente mamá y bailarina, a todos aquellos que se quieren dedicar a este rubro pido mucha pasión y dedicación, nunca se dice ‘no puedo’, la danza es vida”, finalizó.