La sequía que ha imperado en el campo yucateco ha llevado a los hombres de campo a buscar alternativas para el sostén de los animales de corral, con el fin de mantenerlos en su peso y en lo posible nutrirlos de buen alimento.
El verde del zacate se ha secado de manera paulatina, hasta dejar en secas y simples raíces las hectáreas sembradas. Esta situación se presenta en lugares donde no se cuenta con sistemas de riego, que resulta ser el caso de la gran mayoría de los ganaderos y rancheros en el municipio. Un buen aliado ante esta problemática es elárbol conocido como ramón, cuyas verde hojas son buen alimento para el ganado, así como para las manadas de cabríos y chivos.
Dicho árbol tiene nombre en maya, que es Ox, y su nombre científico es Brosimum alicastrum Swarts. En breve descripción de la especie, estos árboles alcanzan hasta los treinta metros de altura y sus ramas son copas piramidales. Florea de los meses de febrero a marzo. Su fruto es una drupa de dos a tres centímetros de diámetro, de color anaranjado o rojo al madurar. El fruto pequeño de este árbol también es comestible para los humanos, y se recuerda que durante las crueles épocas de sequias y langostas, a mediados del siglo pasado, el fruto se cocía en agua, se “sancochaba”, y se comía o combinaba con masa de maíz para hacer tortillas, que servía de alimento a las familias.
El árbol del ramón ayudó al pueblo en su necesidad, dando su fruto para comer, por esa razón los ancianos del pasado se quitaban en sombrero cuando veían un árbol en señal de respeto.
La madera se utiliza para la construcción en general, como entarimado, material de artesanías, mangos de herramientas y como pulpa para papel. La pulpa del fruto es comestible, las semillas tostadas y molidas se usan como sustituto del café, y sus hojas son excelente forraje para el ganado bovino, caprino, equino y porcino.
El ganadero Ramón Caamal expone: “el ramón es bueno para el ganado, porque sus hojas verdes ayudan a dar el follaje necesario y que escasea en la sequía. Por eso es bueno cultivar y tener estos árboles en los solares. Además de que dan buena sombra y frescura, sus hojas son alimento bueno para el ganado. A mi ganado, siempre le doy hojas de ramón en esta época dura de sequía”.
Aunque el pasado sábado se dejó caer la primera lluvia de la temporada en la cabecera municipal de Tekal de Venegas, no basta una lluvia para levantar el verde pasto de los terrenos y ranchos. Sumado a esto, que las lluvias no han seguido.
Los vecinos del municipio, en cuyos terrenos existen arboles de ramón, ante la demanda de los ganaderos y dueños de rebaños de cabríos, venden las hojas de ramón. Los precios por árbol oscilan entre los sesenta y cien pesos, dependiendo del tamaño del árbol y de su follaje.
Dionicio Cabrero comentó: “en mi solar tenemos seis matas de ramón. Todo lo vendí a un solo comprador, que tiene ganados y necesitaba de esto para darle de comer. Son muy valoradas las hojas de ramón en la sequía y con su venta tenemos un extra de entrada económica”.
Cortar las hojas del árbol es un acto de cuidado y conlleva precaución. Hombres valientes se trepan a las ramas, auxiliados por machetes y van cortando las ramas que dejan caer. Luego son recogidos y amarrados a motocicletas o subidos a camionetas para ser trasladados a los ranchos y terrenos donde se encuentran los animales necesitados.
Tekal de Venegas se ubica en la antigua zona llamada “henequenera” que, tras el abandono del oro verde, buscó diversidad en sus actividades agrícolas. Fueron principalmente la ganadería vacuna y porcina, así como la apicultura y la crianza de animales de corral y aves de traspatio, las labores que se convirtieron en fuentes económicas muy bien valoradas y que hoy sostienen a las familias de la localidad. Según los últimos resultados dado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 51 % de la población tekaleña se dedica al trabajo agrícola.