Sin cuidar los protocolos para evitar contagios por COVID-19, cientos de fieles católicos llegaron a esta localidad para celebrar la solemnidad de San Bernardino de Siena.
Como cada año, devotos de Tahdziú, Peto, Tzucacab, Sotuta, Tecoh, Mérida, entre otros municipios, llegaron puntuales a su cita para participar en las actividades religiosas en la festividad de San Bernardino de Siena.
En punto de las 10:00 horas, el Pbro. Germán May Cabrera, de la parroquia de Tihosuco, Quintana Roo, presidió la celebración eucarística en la que pidió a las familias ahí reunidas que cultiven la fraternidad y el amor a Dios.
“En las lecturas del Evangelio escuchamos que Dios quiere la fraternidad y la unidad, que seamos una sola familia, un solo rebaño. La división y el odio no está bien delante de Dios, así como la Santísima Trinidad están unidos por el amor, nuestras familias tienen que estar unidos y vivir en comunidad con Dios”.
Añadió que “San Bernardino fue un santo que se enamoró de Jesucristo y mostró su amor en sus misiones, predicando el Evangelio por medio de la eucaristía; hoy, la iglesia nos invita a acercarnos a Dios y vivir el modelo de vida de nuestros santos, que nos ayudan a acercarnos a Jesucristo”.
Al final, el padre Germán May agradeció al párroco Jorge Oscar Herrera Vargas por permitirle presidir la celebración eucarística en honor a San Bernardino, pues compartió que es un fiel devoto y hace más de 50 años que llega año con año a visitarlo en su santuario.
“Yo soy originario de Tecoh y mis padres me traían a la fiesta de Tahdziú desde que estaba pequeño, después, como sacerdote, continúo la devoción familiar y vengo cada año a celebrar la misa y venerar a San Bernardino de Siena”, aseveró.
Al concluir el acto litúrgico, los custodios prepararon a las 3 imágenes de San Bernardino de Siena para iniciar con la tradicional procesión, que abarcó las principales calles de la población.
A pesar del agobiante calor, los cientos de peregrinos se enfilaron para acompañar a las sagradas imágenes, pidiendo que la situación de salud mejore en el mundo y se puedan reanudar las celebraciones profanas para celebrar a los santos patronos.
Entre voladores, música de charanga, estandartes, himnos y cánticos a San Bernardino, los feligreses caminaban con fe y devoción por las calles del municipio.
Al retornar a la iglesia principal, el equipo de ésta organizó el momento de la veneración, donde los devotos esperaban con paciencia su turno para pasar frente a las imágenes, hacer oración por un momento, agradecer los favores recibidos y realizar alguna petición especial, así mismo, pasaban ramas de ruda sobre las vestiduras de los santos y regresaban felices y bendecidos a sus lugares de origen.