Alfredo Morales Candiani, representante de la agrupación Derechos, Cultura y Diversidad Sexual (DCyDS), consideró un paso importante que el Congreso del Estado busque sancionar a quienes lleven a cabo las llamadas terapias de conversión que intentan corregir la orientación sexual o identidad de género de las personas, pues dañan la integridad, tanto física como psicológicamente.
Apuntó que en este tipo de terapias se da la privación ilegal de la libertad, un tratamiento agresivo, física y psicológicamente, incluso hay electroshocks, baños con agua fría, terapia psicológica para generación de culpa para el arrepentimiento, todas estas conductas que incluso constituyen actos de tortura.
Informamos que en el Legislativo se presentó hace unos días una iniciativa de reformas al Código Penal del Estado de Yucatán, para establecer sanciones que van de uno a tres años de prisión y de 100 a 200 días de multa a quien a obligue, permita, consienta o aplique este tipo de terapias de conversión.
Sobre este tema, Morales Candiani expuso que la sanción a este tipo de actividades es necesaria y hay lugares, como en la Ciudad de México, donde ya se sanciona.
“Aquí en la Entidad yo he sabido de cursos, pláticas y talleres, para asegurar que eso es posible, pero no conozco si hay un centro específico de supuesta rehabilitación”, comentó.
Reiteró que este tipo de terapias sí deben ser sancionadas, por el daño que causa a la persona en todos los sentidos.
“No sé si tú conoces en qué consiste este tipo de terapias; es, primero, una privación ilegal de la libertad y es un tratamiento agresivo, psicológica y físicamente, o sea, hay shocks eléctricos, baños de agua fría, terapia psicológica de supuesta generación de culpa para el arrepentimiento. Entonces, sí es una situación que daña, obviamente, la integridad de la persona en todos los aspectos”, destacó.
Dijo que no hay que perder de vista y hay que entender, que este tipo de terapias se basan en una idea de que la orientación sexual fuera algo anómalo o patológico, cuando ya está establecido que no es así.
Añadió que como activistas siempre han trabajado a favor del lenguaje correcto para ir reeducando a las personas.
“Si hablamos de preferencia sexual damos a entender que en algún momento de mí vida yo decidí o preferí tener cierta afinidad a un sexo u otro, pero eso no es así, una cosa es que con el paso del tiempo descubramos nuestra sexualidad y otra es que vamos a preferir una u otra; no es una preferencia, es algo que se trae y vamos descubriendo con el tiempo nuestra orientación”.
“No es una preferencia. Cuando hablas de una preferencia quiere decir entonces que es una decisión que tomaste y que podrías revertir, y que esa decisión, se puede decir, está tomada por alguna cuestión familiar, psicológica de la infancia, alguna mala información, alguna agresión física de cuando era niño o niña. La argumentan de tal manera que consideran que se puede revertir, tratándola como una enfermedad”, comentó.
Sin embargo, dijo que se trata de una discusión que ya ha sido superada ampliamente y de ahí que el 17 de mayo se conmemora el Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia, porque es la fecha cuando se dictamina por la Organización Mundial de la Salud que la orientación sexual distinta a la heterosexual no está en el catálogo de enfermedades mentales.
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GH