Con las nuevas restricciones del Gobierno Estatal propias de la pandemia, en el municipio se observa cada vez más lejana la posibilidad de apertura de las cantinas. Quienes se dedican a ese rubro comercial no han dado un solo golpe de trabajo durante un año y 15 meses, ni han recibido apoyo de alguna índole. Al no desarrollar actividad, han sido afectadas alrededor de 110 familias que dependen de su empleo directo.
La información fue dada a conocer por Luis Darío Bates Novelo, líder de los cantineros de la localidad, quien reveló que en la localidad existen 22 patentes de cantinas, de las cuales sólo cinco cuentan con propietarios y aproximadamente cinco familias dependían del fruto del trabajo que desarrollaba cada una de ellas.
Asimismo, explicó que unido a que contribuían a la creación de empleos indirectos al consumir el producto de quienes venden las tortillas, la chicharra, la carne, a los que comercializan ingredientes para las botanas, así como a empleados de la cervecería, refresqueras, hielo, entre otros, generaban la derrama económica.
Bates Novelo, que ahora es administrador del mercado municipal, dijo que no ha abandonado a su gremio y que continuamente ha estado golpeando puertas para que los dejen trabajar.
Informó que sostuvo tres reuniones vía telefónica con el secretario de Salud, Mauricio Sauri Vivas, quien nunca les emitió una negativa a sus peticiones, pero tampoco les mencionó una fecha establecida para la posible apertura.
Manifestó que los cantineros se han visto seriamente afectados desde el cierre de sus negocios, claro ejemplo es que, en su caso, tuvo que vender lo que tenía para transformarlo en comida para su familia y en caso de abrir, que para él sería un sueño casi guajiro, tendría que pagar y poner al día sus permisos, surtir su cantina e invertir en mantenimiento por el deterioro de las instalaciones por los efectos de la humedad entre 70 y 80 mil pesos, pero como no tiene esa cantidad, dijo que ha puesto en renta el local de su cantina.
Pese a ello, en nombre de los cantineros pide al gobernador Mauricio Vila que les dé la oportunidad de demostrar que sí pueden apegarse a los nuevos conceptos de trabajo de la nueva normalidad, acorde a lo que marcan los protocolos de prevención y la capacidad de personas que pueden atender.
Sin olvidar, recalcó, lo necesario para el ingreso de los clientes con cubrebocas, sanitizante, tapetes hidratados, encargándose de la sana distancia para conservar la salud de los clientes, empleados y de sus propias familias.
También, el líder de los cantineros solicitó algún recurso de apoyo que hasta la fecha no les han emitido.
Recordó que en su momento el municipio se los ofreció, pero desafortunadamente se suscitaron los fenómenos meteorológicos y estos ya no se pudieron concretar, por lo que pide que el gobierno contemple, si existe posibilidad, tenderles la mano.
Asimismo, dijo que en otros lugares a los cantineros les dieron la oportunidad de cambiar el concepto de giro temporalmente y en su municipio no, por lo que exhortó a que, si se diera un nuevo reacomodo para la apertura, los tengan en cuenta.
Puntualizó también que pareciese que el Mandatario Estatal está apostando a la desaparición de las cantinas, ya que existen cantineros tizimileños que saben respetar la nueva normalidad con las instalaciones adecuadas que pide la SSY para este funcionamiento, sin embargo, los desconocieron y no les han dado la oportunidad de trabajar con la nueva normalidad.
Uno de los cantineros afectados, José Inocencio Mex Pech, señaló que es lamentable que no les dejen trabajar y tampoco les hayan dado apoyo alguno hasta la fecha.
Agregó que es necesario que se pongan en sus zapatos y no dejarlos tirados en la basura sin darles la oportunidad de reactivarse; agregó que tiene la esperanza de que para septiembre les permitan abrir.
Por otra parte, enfatizó que los compañeros de su gremio siguen luchando buscando cómo sobrevivir autoempleándose, como él, que comercializa charolas botaneras y exhorta a las personas en sus mismas condiciones a que no pierdan las ganas de salir adelante, que no se rindan, pues confía en que vendrán tiempos mejores.