Propietarios de salas de fiesta se encuentran preocupados ante el impuesto que pretenden cobrar las autoridades para poder reabrir sus salas de fiestas.
Estos datos se dieron a conocer luego de que las autoridades anunciaran la reactivación de eventos sociales y la reapertura de negocios como salas de fiestas y otros centros sociales.
Ante este comunicado, en caso de que los encargados deseen reabrir estos centros de recreo, tendrán que pagar una cuota de mil 500 pesos a la Secretaría de Salud del Estado (SSY).
En una conversación con el ciudadano Wílberth Ku Espadas, propietario de una sala de eventos, señaló que no se puede trabajar así ante la gran cantidad de impuestos que pretenden cobrar las autoridades.
Detalló que vienen de regreso después de un año con un 10 por ciento de ganancias en todo el 2020, lo cual los pone en una encrucijada al no tener los recursos para poder operar.
Ku Espadas, aunque indicó que el año pasado no laboró, sí tuvo que pagar en la tesorería de Kanasín 4 mil 725 por una licencia de uso comercial.
“Ahora salen con otro impuesto de mil 500 para que durante las fiestas acuda un supervisor enviado por la SSY para verificar que todo esté en orden”, dijo.
Señaló que el problema es que ese impuesto se lo tendrán que cobrar al cliente, y si la renta de su fiesta le cuesta mil 500, tendrá que pagar el doble.
Samuel Buendía, propietario de otra sala de fiestas en la colonia Mulchechén, precisó que este nuevo impuesto obligará a cerrar definitivamente muchos salones de fiestas. “Esto no sólo nos perjudica a nosotros, sino también a proveedores, banquetes y quienes se dedican a este negocio”.
Natalia Lizama Dorantes, administradora de una conocida sala de fiestas, detalló que “este impuesto nos perjudicará a todos, principalmente a aquellos usuarios que hacen sus fiestecitas. Nosotros trabajamos con todas las medidas sanitarias: obligamos a las personas a que porten cubrebocas, utilicen gel antibacterial, pisen el tapete sanitizante y las mesas sólo las puedan ocupar seis”, dijo.
Agregó que el sector es uno de los más castigados, pues dependen de la labor cocineros, loncheros, meseros, música y quien instala la mesa de regalos.
La ciudadana señaló que este impuesto podría resultar ser una medida temporal, por uno o dos meses, pero que, en caso de que sea permanente, será el “acabose” para esta industria.
(Martín González Canto)