“Ser padre es adquirir la responsabilidad de crecer a un ser humano con un futuro prometedor, porque tienen el compromiso de guiar a sus hijos con el ejemplo, dotándolos de las herramientas para enfrentarse a los obstáculos de la vida, por lo que la herencia más significativa es enseñarles lo que mejor sabe uno hacer”, comentó el sastre Julián Alfredo Novelo Martín.
En el marco de la celebración del Día del Padre, manifestó que, en fecha tan especial, la dicha que la vida le dio es tener a su pequeño Roberto Carlos Novelo Balam, de 8 años, quien padece autismo. Él está consciente de que debe dejar un legado para su hijo y darle las herramientas para desempeñarse a futuro con éxito y le está enseñando el arte de la sastrería, sin que sus capacidades diferentes sean impedimento.
Julián Alfredo, con paciencia y con amor, dedica muchas horas de enseñanza al niño, que muestra interés por ese oficio, aunque también le llama mucho la atención el ruido y la sonorización de objetos.
El entrevistado dijo que, el mejor regalo del Día del Padre, es que su hijo tenga salud y que pueda verlo sano y capaz de desarrollarse como un hombre de bien, que pueda valerse por sí mismo.
Exhortó a los padres a que enseñen y brinden sus conocimientos a sus hijos, pues sólo de esa manera se transmiten de generación en generación oficios como el suyo. Además de que contribuyen a darles a sus primogénitos las armas para salir adelante en su etapa de adultos.
Por su parte, Francisco Chuc Cimá, de 79 años, comentó que tuvo nueve hijos, de los cuales siete están vivos, además de 34 nietos y 42 bisnietos.
Refiere que le resulta satisfactorio que, ahora que a duras penas se levanta por los achaques de la edad, sus hijos sean quienes cuidan de él, tal como lo hizo con ellos cuando eran pequeños, señalando que también están pendientes de él sus nietos, que lo acompañan y le demuestran su amor.
Los niños Valentín Chuc Caamal, Perla Yoselín y María Guadalupe Nis Díaz apoyan a su abuelo para caminar con su burrito, en tanto que su hijo José Antonio Chuc Dzib ahora invierte los papeles, y es el encargado de enseñarle al padre cómo debe desplazarse con dicho artefacto para que lo aprenda y no se exponga a accidentes.
Otros dos de sus hijos, Manuel Jesús y Rosa María Chuc Dzib indicaron que las historias y experiencias que los vástagos tienen con sus padres son diversas, pero la mayoría deberían ser como las antes mencionadas, en donde se refleje amor y sobre todo preocupación, porque cada uno de ellos esté bien, feliz y que, en la medida de lo posible, no les falte nada.
Coinciden en que el deber de todo buen hijo es cuidar de sus padres para que tengan salud, disfrutándolos, a sabiendas de que la vida es corta y nadie la tiene comprada.
Ellos exhortaron a todos aquellos que tienen a sus padres vivos para que hoy domingo, y todos los días, les manifiesten cuánto los aman y que no esperen a que estén ausentes para lamentar que no les demostraron su afecto, ni reconocieron el valor que tienen en sus vidas, dedicándoles siquiera un poco de su tiempo y apoyo.
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GH