Un joven de 22 años de edad, originario de Tehucán, Puebla, avecindado en Mérida, con una vida por delante, decidió acabar con su existencia y se ahorcó.
El difunto laboraba en un predio de la calle 27-D entre 52 y 24 de la colonia Amapola, en donde elaboraban crema de coco y venta del agua de dicha fruta, el inmueble está dividido en la vivienda y el área de producción en donde le permitían pernoctar.
El occiso amarro una soga de nylon a la punta de una cabilla que sobre sale del muro del predio aledaño y se ahorcó.
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La propietaria del predio descubrió el cadáver y dio aviso a las autoridades a través del número de emergencias, 911.
En respuesta a la llamada acudió al sitió el oficial Miguel Ángel Canché, responsable de la patrulla 6305 de la Secretaria de Seguridad Pública, verificó que la llamada era auténtica, el cuerpo presente a rigidez cadavérica y no fue necesario que fueran los paramédicos y solicitó la presencia de los representantes de las autoridades competentes.
Los agentes de la Policía Estatal de Investigación entrevistaron a la patrona del difunto y el personal del Servicio Medico Forense se encargó del levantamiento del cuerpo y su traslado al depósito de cadáveres para la necropsia de ley.
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GH