Ante la decisión de una conocida cadena de supermercados de origen Norteamericano de volver a permitir que personas mayores de 60 años regresen a sus tiendas para trabajar como empacadores voluntarios, Fernando Galván, dirigente de este sector en la ciudad, indicó que esto se logró gracias a la presión que ejerció la ciudadanía en redes sociales.
Pese a que el supermercado mencionado firmará un nuevo convenio con el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam), el entrevistado indicó que el anuncio sólo es un pequeño paso para que su deseo de volver a trabajar se vuelva una realidad, debido a que existen otros obstáculos para que se materialice su retorno a los cajeros.
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“Es una luz en el camino el hecho de que recapaciten luego de haberse creado un hashtag de #YoNoComproEnWalmart, parece que eso les molestó y dolió, es por eso que quieren firmar un nuevo acuerdo con el Inapam para aceptar nuevamente a los empacadores voluntarios de la tercera edad, pero lo que necesitamos es que eso se concrete”, indicó.
Entre los obstáculos que el supermercado ha colocado para que el retorno de estas personas se siga prolongando, es que los abuelitos tengan su esquema de vacunación contra el COVID-19 completa, además de que el Semáforo Epidemiológico esté en color verde. “Por un lado se avanza y por el otro se retrocede”, mencionó el entrevistado.
Fernando Galván comentó que, si los adultos mayores que trabajan en los supermercados ya están vacunados con las dos dosis y si aunado a eso se comprometen a emplear todas las precauciones como el uso de guantes, caretas, cubrebocas, sana distancia, se debería considerar su retorno esté en el color que esté el semáforo del estado.
“Imagínese cuánto tiempo pasará para que Yucatán vuelva al color verde”, mencionó Fernando Galván, quien señaló que a pesar de que fueron recibidos por funcionarios estatales, su problema no se ha resuelto, lo cual consideró como grave, debido a que poco más de mil 500 empacadores voluntarios de la ciudad dejaron de trabajar hace año y medio.
Cuestionado sobre si las propinas que reciben son redituables para hacerle frente a las necesidades que tienen como adultos de la tercera edad, el líder de los empacadores en la ciudad mencionó que sí, pese a que deben costear uniformes, resignarse a no contar con seguridad social y ningún tipo de prestaciones. “A ellos no les costamos nada”, dijo.
“El ingreso, que es uno de unos 150 pesos diarios, es suficiente para salir delante de manera independiente y con una cierta dignidad, pero sí es una ayuda importante, sobre todo porque permite que cada persona de la tercera edad tenga una solvencia económica, lo que ayuda a no depender de los hijos ni de nadie más”, puntualizó.
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GH