En un terreno de aproximadamente media hectárea a un costado de la carretera entre Hunucmá y Tetiz, en el que se cultiva maíz y calabaza, se encontraban ayer tres jóvenes cavando pocetas para la siembra de maíz y otras hortalizas como la calabaza.
Silvestre Collí Mex, Abraham Koyoc y Jorge Mex, apenas estaban concluyendo la jornada de trabajo, sus manos aún con tierra, de manera amable comentaron, “nuestro trabajo consiste en cavar las pocetas o desyerbar los terrenos en los que sus propietarios sembrarán posteriormente. Nos contratan, en el caso de las pocetas nos paga a 60 centavos cada una, y el día de hoy pudimos cavar 240, en total”.
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“No es fácil este trabajo tenemos que venir a los terrenos desde muy temprano antes de que caliente el sol y al medio día los rayos solares parece que nos están tostando la piel, así que es la hora de suspender la tarea”, añadieron.
Abraham Koyoc, el más joven de los tres entrevistados, comentó, “sólo llegué al quinto grado de primaria, y la verdad, no sólo fue por el COVID, ya que en mi casa existen muchas necesidades familiares y esto prácticamente me obliga a trabajar en lugar de estudiar, así que antes de la pandemia ya estaba trabajando en distintas actividades, pero con el coronavirus se suspendieron muchas fuentes de trabajo como comercios y tiendas, y sólo me quedó la oportunidad de trabajar en el campo”.
Silvestre Collí, quien también es conductor de un mototaxi, y es el mayor de los tres, comentó que, “hace ya varios meses que nos dimos cuenta que los dueños de los terrenos en los que se cultivan calabaza y maíz, requieren de apoyo para cavar las pocetas en las que se siembran las semillas, y solicitamos nos empleen y hasta el momento nos ha dado buen resultado, nos pagan 60 centavos por poceta, así que trabajamos en equipo y de lo que nos pagan dividimos en partes iguales para cada uno”, explicó.
Al final, comentaron que sí en realidad cambiaron la escuela por el trabajo y que la pandemia del COVID-19 ha sido el detonante para el cambio en sus vidas y actividades a las que antes se dedicaban.
Actualmente, además de trabajar en las milpas cercanas a la carretera entre Hunucmá y Tetiz, también realizan otras labores como el desyerbo y la limpieza de terrenos.
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En el caso de los cultivadores de maíz como José Ricardo Tec, del rumbo de la colonia Guadalupe, comentó que el año pasado con las lluvias y la tormenta Cristóbal, tuvieron muchas pérdidas por la inundación, y que en esta ocasión esperan que se cumpla el periodo de cosecha.
GH