Alrededor de 3 mil bañistas arribaron a la playa y malecón de Progreso, quienes comentaron que aprovecharían el último día antes de la restricción de acceso que se ha implementado durante los cuatro fines de semana pasados en esta ciudad.
Turistas, en su mayoría extranjeros visitaron el puerto en compañía de amigos y familiares, quienes acapararon la costa desde las primeras horas del viernes, vendedores ambulantes aprovecharon la afluencia de gente para ofrecer sus productos, por su parte los bañistas no perdieron el tiempo para tomarse fotografías con las esculturas de arena que son exhibidas en la playa y pasearse por el malecón para disfrutar de la vista.
Paulo Freitas, oriundo de Brasil, comentó: “esta es una de las playas mexicanas más bonitas que hemos visitado, la gente es muy atenta, además de que el agua es perfecta y las cosas son muy económicas, aunque es un lugar muy turístico, no se aprovechan sólo porque somos de otro lugar, el malecón es bellísimo, nos dijeron que no estará abierto dos días, por lo que tendremos que migrar a otro sitio para terminar nuestras vacaciones, ya que el lunes regresamos a nuestra casa”, manifestó.
Los visitantes aprovecharon el intenso calor para refrescarse y tomar el Sol, ya que en las últimas semanas la lluvia había sido un factor determinante para que la gente no se quedara a disfrutar de la algarabía de la costa.
“El viernes pasado vine con mi familia y nos tocó devolvernos a la casa porque estaba lloviznando. Y por lo tanto ni música ni comida había por ningún lado, ahora que está rico el clima hay que aprovecharlo, ya que el clima de Yucatán es muy impredecible”, comentó Fernando Durán.
Roberta Solís dijo que “ni nos íbamos a quedar, sólo pasamos de rapidito a ver unas cosas de una casa que estamos dando a rentar al Sur de Progreso, pero está tan rico el clima que decidimos quedarnos, es más, con la ropa que traíamos nos metimos”, aseguró.
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Por su parte los prestadores de servicios ofrecían camastros y mesas para que los turistas pasaran un rato ameno, sin embargo, la mayoría de los visitantes prefirieron instalarse en la arena y no pagar, siendo los bañistas extranjeros quienes solicitaban dichos servicios.
JG