La temporada de pulpo por fin dio inicio ayer con el arranque de aproximadamente 400 embarcaciones mayores y más de mil navíos ribereños que zarparon en busca del cefalópodo, con el objetivo de mejorar la economía del gremio pesquero el cual ha estado a la baja desde inicios de la pandemia en el estado, en el primer trimestre del 2020.
Los hombres de mar comenzaron a arreglar buques desde las primeras horas de la mañana para zarpar con víveres, hielo, aditamentos y los 15 alijos que sólo puede llevar cada barco, según las autoridades marítimas.
Tampoco faltaron cargamentos con crustáceo tipo Ocol para usar como carnada, por lo que fue común ver en el Puerto de Abrigo y refugios pesqueros del municipio a varios marineros cargando costales de estos ejemplares, mismos que se pusieron en venta, por la apertura, de 75 a 80 pesos el kilo.
José Francisco Tec, pescador desde hace década y media, externó que aproximadamente cada botero deberá recaudar por lo menos unos 40 kilos, por lo que una jornada completa por día será redituable para los marinos con 500 kilos.
Si tomamos en cuenta que una tripulación en un barco de dimensión grande consta de 15 pescadores, un patrón, un cocinero y un mecánico por si recurre alguna emergencia el navío, se hablaría de que, entre el domingo y la mitad de esta semana, acudirán a altamar por lo menos 4 mil hombres de mar que dejarán familia y amigos en tierra para atrapar el molusco en viajes de 20 a 25 días.
“Nos vamos 20 días, la labor del pescador no puede detenerse debido a la crisis económica, apenas llegamos hace un par de días con mojarras de hasta 8 kilos, no me quejo, estoy contento y nos fue bien, pero todos sabemos que la economía de esta labor ahorita se deposita en el pulpo; tenemos muchas ganas de zarpar y, aunque todavía el cuerpo pide descanso, el día 3 de agosto nos vamos, sólo espero que haya producto, muchos compañeros están endeudados y ser perjudicados por la pesca furtiva sería fatídico”, indicó Carlos Ayala tripulante del barco “Flota Tiburón”, quien cuenta con tan sólo 24 años, mientras sostenía un pescado de gran tamaño.
Opinión parecida comparte el chetumaleño Alejandro Correa Canul del barco “Fresco Amarillo”, quien lleva 15 años radicando en Progreso. Él optó por ofrecer trabajos de vigilancia nocturna por mil 100 pesos semanales; sin embargo, la expectativa que ha causado la apertura de esta pesca, le ha motivado a correr el riesgo de dejar su trabajo como velador.
“Tengo la experiencia y me atrae mucho el factor económico, he visto como patrones otorgan hasta 15 mil pesos de anticipo, por supuesto que es un excelente dinero. En el mar se sufre mucho, uno está alejado de la familia y pudieran ocurrir muchos accidentes, pero el gusanito cuando uno ama su oficio siempre despierta interés en volver; el año 2020 fue tan malo que sólo hice dos viajes y me retiré, pero tal parece que los tiempos ahora son mejores y no puedo quedarme aquí”, externó.
Los pescadores ribereños arrancarán lanchas desde el día de hoy, pues varios aseguraron que la capitanía no les permitió salir de tierra por el mal tiempo. En ese sector, en días pasados, Roger Gómez Ortegón, titular de Pesca, aseguró que más de mil 800 pescadores partirán por pulpo en viajes que durarían menos de 15 horas a bordo de las lanchas.
En el Estado, todas las especies comunes son el Octopus macropus conocido como pulpo rojo y el Octopus vulgaris, también llamado patón. Ambas especies tienen como hábitat las zonas rocosas y aguas subtropicales, en profundidades de hasta 40 metros.
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Según la NOM-008-SAG/PESC-2015, el talle mínimo de captura para cualquier embarcación es de 11 centímetros de longitud de manto.
GH