El analista del Observatorio de Movilidad Sostenible de Mérida (OMSM), Eduardo Monsreal Toraya, recomendó que antes de iniciar con los trabajos para construir el nuevo Estadio Sostenible de Yucatán (ESY) al Norte de la ciudad, se deben realizar estudios detallados en materia de movilidad y urbanística, con el objetivo de evitar que se empeoren los problemas viales que actualmente enfrenta la zona.
Tras revelarse que dicho proyecto se encontrará en los terrenos donde hasta el momento se encuentran las aulas, de lo que una vez fue la Benemérita Escuela Normal de Educación Primaria “Rodolfo Menéndez de la Peña”, el diseñador del hábitat comentó que será todo “un reto” evitar el alto impacto urbano y de tipo vial que causará introducir un equipamiento como este, en una zona “saturada” de centros comerciales y unidades habitacionales.
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Monsreal Toraya explicó que, en los últimos años, el trayecto de la calle 60 norte y la prolongación de Paseo de Montejo, que convergen en la salida hacia el puerto de Progreso, ha sufrido una serie de modificaciones que complican la circulación vehicular a ciertas horas del día.
Entre dichos elementos, mencionó la glorieta de Vía Montejo, el acceso subterráneo al centro comercial The Harbor, la intersección de la asta bandera y la colocación de los semáforos en la glorieta del Centro de Convenciones Siglo XXI, además del paso a desnivel ubicado frente a la Gran Plaza.
“Tenemos una cadena ahí de errores y omisiones en estas intervenciones viales, que la presencia de este equipamiento de altísimo impacto sólo va a agravar la situación”, dijo.
A lo anterior, agregó, se suman las avenidas transversales de la colonia Cordemex y Francisco de Montejo, así como las calles 25 y 44 de Nueva Revolución, que además de ser angostas, cuentan con infraestructura precaria, en mal estado y sin conectividad para albergar un gran número de vehículos.
“Son vialidades sumamente angostas, a duras penas te caben dos autos y además es una zona de orden habitacional, tienes ese carril de estacionamiento que al final deja solo un carril efectivo de circulación”, detalló.
En ese sentido, el especialista propuso que además de los estudios de impacto ambiental para la construcción del estadio, se genere una propuesta que promueva la movilidad intermodal, el uso del transporte público masivo y transportes alternativos como la bicicleta, en lugar de privilegiar la llegada de vehículos particulares al complejo, cuya capacidad mínima es de 23 mil personas.
Además, recomendó que todos los estudios previos se hagan utilizando escenarios post pandémicos, en donde se contemple la movilización de más de hasta 32 mil personas, límite máximo de capacidad del estadio, sumando los miles de personas que acuden a los centros comerciales de la zona.
Aparte del tema de accesibilidad, Monsreal Toraya indicó que otro conflicto se hará visible al momento de estacionar los miles de vehículos particulares que podrían llegar a los alrededores del nuevo estadio, pues el proyecto contempla únicamente mil 600 cajones de estacionamiento.
Refirió que, en la actualidad, durante los juegos de béisbol las calles aledañas al Parque Kukulcán Álamo se llenan de vehículos ajenos, aunque las calles de las colonias Morelos, Morelos Oriente y Salvador Alvarado Sur, cuentan con mayor longitud entre banqueta y banqueta, a diferencia de la Unidad Habitación Revolución, mejor conocida como Cordemex.
Estacionamientos subterráneos en Mérida
El analista del OMSM explicó que la única manera de albergar en un solo sitio a tantos vehículos, sería mediante la construcción de estacionamientos subterráneos, aunque durante el 2020 se comprobó que este tipo de construcciones no son viables en la zona.
“Valdría la pena que, si se va a desarrollar esto, que entiendo que sí se va a hacer, se tomen en cuenta todas estas previsiones y se haga un estudio muy detallado y de estrategias en materia de movilidad, que vaya más allá del tema de estacionamiento. Logística, transporte público, intermodalidad, de tal manera que se reduzca la necesidad de desplazarse en auto en esta zona”, expuso.
Aunque reconoció que emprender este proyecto contempla “muchas complicaciones”, Monsreal Toraya dijo que hay medidas de prevención y de mitigación para contrarrestar el “gran impacto” que va a generar el nuevo estadio, “pero hay que trabajarlas antes de iniciar la obra”, concluyó.
Cabe destacar que, durante la presentación, se recalcó que el ESY se convertirá en el primer estadio de su tipo en México y el más moderno de todo Latinoamérica, además que estará generando más de cuatro mil empleos durante la etapa de edificación y más de mil cuando inicie operaciones.
También se dijo que dicho recinto cumplirá con las más altas especificaciones de FIFA y de Grandes Ligas (MLB), cuya capacidad va desde las 23 mil personas para partidos de béisbol, 27 mil para partidos de fútbol y hasta 32 mil para conciertos.
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JG