La Universidad Anáhuac Mayab regresó a clases presenciales con la principal encomienda de mantener seguros a estudiantes, profesores y colaboradores, por lo que se aplicaron protocolos sanitarios, entre los que destacó la exigencia de una prueba COVID reciente.
“Se les pidió una prueba que no supere las 48 horas de haberse hecho. En convenio con varios laboratorios, los alumnos pudieron acudir a sus sedes para hacerse los exámenes durante el fin de semana e incluso hubo atención aquí en el campus”, explicó Maribel Ojeda, encargada de la comunicación externa de la universidad.
Además, para reforzar la bioseguridad y que la Anáhuac Mayab está libre de contagios, se instalaron tres módulos, que ayer se estuvieron realizando más pruebas.
“El sábado atendimos a 398 estudiantes, ayer (domingo) fueron 432 y ahora llevamos unos 300”, señaló Salvador González, del Laboratorio DetectAtiempo.
De esta manera, quienes no tenían un certificado de COVID negativo, tuvieron una oportunidad más para obtenerlo.
Además de la toma rutinaria de temperatura, hubo un reconocimiento facial para el debido registro del alumnado, que luego sirvió para una mayor fluidez en los accesos y evitar filas.
Los salones estuvieron ventilados y se sanitizaron entre clase y clase. En las áreas de comedores solo podían sentarse dos personas por mesa en todo el lugar.
De igual manera, se les aconsejó a los jóvenes el uso del cubrebocas KN95, los cuales estaban a la venta por si deseaban sustituir el modelo que traían previamente.
Pese a esta suma de esfuerzos, la tarea no resultó sencilla, pues son más de 5 mil 500 alumnos de 30 licenciaturas los que volvieron a las aulas. “La ventaja es que tenemos un campus grande, con varios edificios y abierto, con zonas despejadas y los estudiantes no coinciden en todas las áreas”, explicó Ojeda, quien agregó que además “se procuró un horario diferente para cada licenciatura y semestre”; así que el ingreso se fue dando de manera escalonada.
La titular de Comunicación Externa destacó que la presencia del alumnado permitirá el aprovechamiento de sus nuevas instalaciones como el Laboratorio de Inteligencia, Innovación Educativa y Tecnológica, un centro multidisciplinario, para la interacción entre alumnos de diferentes licenciaturas, quienes integrarán grupos de trabajo y desarrollarán proyectos, de tal manera que su formación académica sea práctica y lo más parecido posible al ámbito laboral.
Cada área del lugar cuenta con tecnología de punta e incluso con un “gamer room” (cuarto de videojuegos), así como una zona despejada para llevar al cabo presentaciones, como recientemente anunciaron la décima edición de su carrera atlética, la semana pasada.
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JG