Yucatán

Pescadores de Chabihau, Yucatán, cambian las lanchas por cordel

Pescadores no han podido salir a la captura en sus barcos debido al Norte que comenzó a pegar en el Estado, por lo que acuden a las escolleras en busca de escama para su propio consumo
Las cañas cuentan con hilos prensados de 300 metros y se requiere de técnica para poder asegurar la presa; lugareños suelen sacar hasta tres kilos de producto cada uno / Isaí Dzul

Debido a los fuertes vientos que se han registrado en la costa, pescadores del municipio, así como también de poblados cercanos como Cacalchén, han optado por dejar de zarpar en las lanchas para comenzar a utilizar las escolleras con el método de pesca de cordel.

Humberto Lugo, pescador, aseveró que salir en los botes con fuertes ráfagas es un riesgo.

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Todos los fines de semana, estas personas arriban desde diferentes puertos para aventurarse a la pesca para su propio consumo, en un grupo de ocho personas, entre amigos y familiares, comienzan a llegar desde las 4:00 horas para aprovechar antes que caliente el sol o en este caso, la lluvia caiga. Lugo asegura que hay días que no logran pescar absolutamente nada durante las seis horas que se la pasan tirando el cordel, pero cuando hay suerte logran atrapar hasta ocho kilos entre todos.

El entrevistado asegura que para él es más fácil capturar con el cordel que utilizar las redes, puesto que se tiene que saber cómo tirarlas al mar sin que se cierren.

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Con una caña que cuenta con 300 metros de hilo prensado, Humberto dice que solamente tira 30 metros y, dependiendo si logra picar el pez, suele soltar o disminuir la cantidad de metros, ya que en algunas veces soltar de más genera más trabajo en poder jalar la captura. “El cordel es bueno, pero se revienta más rápido, en cambio el hilo trenzado aguanta más tiempo y el pescado no lo rompe fácilmente”, aseguró. El entrevistado dice que apenas llegan al puerto, empiezan a pescar pequeñas sardinas que se encuentran en las orillas que sirven como carnada para que los robalos que pretenden capturar picando fácilmente los anzuelos. Sin embargo, hay quienes utilizan señuelos para atrapar a los peces, pero si se llegara a reventar el cordel, el pequeño pez de plástico se pierde y cada uno tiene un costo de 80 pesos, dependiendo el tamaño y de qué tipo de pesca se utilice.

Desde que comenzaron a pegar los Nortes en el Estado, cerca del 70 por ciento de los ribereños comenzaron a dejar los barcos para mantenerse en pesca en las escolleras del Puerto de Abrigo.

Los hombres del mar dicen que, en estos tiempos difíciles, tienen que ahorrar gasolina para que cuando comience la temporada fuerte de escama, como lo es el mero, tengan ahorros para que puedan alejarse a las brasas y llegar con buena pesca.

“Si ha estado saliendo el pescado aquí cerca, es mejor dejar el barco, los robalos están aquí cerca por el nivel del agua, eso beneficia bastante y hay que aprovecharlo mientras se pueda”, dijo Humberto. Comenta que cada fin de semana se aventuran a probar en diferentes puntos de los puertos pesqueros para ver cómo está la situación de la pesca.

Señala que en esta ocasión bajaron del puerto de Telchac hasta Chabihau en donde han logrado sacar ocho kilos de pescado que va desde los 2 hasta los 3 kilos cada uno. “Cuando vemos que ya sacamos algo, optamos por irnos, nos dividimos la captura, pero en su mayoría de las veces nos juntamos a comer con los cuates, es algo para ahorrar el día”, dijo.

Cada persona se para en diferentes puntos de las grandes piedras para que, al momento de aventar los hilos, no se enreden por la corriente. Cada fin de semana se concentran alrededor de 50 personas en diferentes horarios, pero la gran mayoría opta por arribar por las mañanas, cuando la corriente es más calmada a comparación de la tarde.

Los pescadores señalan que esta pesca les sirve para desestresarse, después de que toda la semana tienen una fuerte jornada laboral en sus otros empleos que tienen en sus municipios, solo en temporadas fuertes suelen salir al mar con los alijos. 

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CC