Alrededor de 5 mil peregrinos a lo largo del día y de manera paulatina recibió el santuario de Tizimín este 6 de enero; que vinieron a dar muestra de su fe y su devoción, reencontrándose como cada año con los Tres Santos Reyes, aunque en un inicio, se estimaba que en la jornada acudirían alrededor de 11 mil asistentes.
De acuerdo con los custodios, de las 13:00 a las 16:00 horas se recibieron frente a las imágenes a 3 mil 446 peregrinos y se celebraron 3 misas con cupo lleno con un aforo de 320 personas en el interior del templo (75 por ciento de su capacidad) en las que estuvieron presentes 960 personas sumando un total de 4 mil 406 en dicho horario.
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El párroco Pedro Echeverría López reveló que desde el 29 de diciembre al corte del pasado jueves de las 10:00 horas han pasado a venerar a los patronos 18 mil 827 personas y 8 mil 640 han presidido las misas que se desarrollan en el interior, sumando un total de 27 mil 467 peregrinos que se han dado cita para participar en los festejos patronales del santuario.
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Desde la madrugada, estos creyentes iniciaron su arribo formando largas colas que se prolongaron en los alrededores de la parroquia, firmes en su propósito de estar frente a las sagradas imágenes que se colocaron en el atrio del santuario, con la reja cerrada de la iglesia para la veneración a distancia y sin poder tocar a las efigies. Pese a estas limitantes, la mayoría de los peregrinos coincide en que acuden a su encuentro para desbordar su devoción inquebrantable, que no es capaz de doblegar ni la misma pandemia, pues, aunque comprenden que es riesgoso acudir a lugares muy concurridos, siguen sintiendo la necesidad de cumplir sus promesas de fe.
Este es el caso de Miguel Vera Lira y María García Chan, procedentes de Chelem Puerto, quienes indican que deben cumplir con su promesa de fe, confiando en que los santos patronos los protegerán de todo mal, ya que vienen con mucho fervor a darles gracias por las bendiciones recibidas y para encomendarse a sí mismos y a sus familiares en este nuevo año.
Cumplen promesa
Otros, como la familia Dzib May, procedentes de Cuncunul, expusieron que este es su tercer año de promesa y nada puede impedir que la cumplan y se reúnan de nuevo frente a los Reyes Magos, mencionando que confían en que regresarán con bien a su lugar de origen y sin contagiarse, pues afirman que realizan una obra buena. La familia relató que en esta ocasión acudieron a encomendar a su sobrina Yazmín, quien estuvo muy enferma y que en su momento sanaron los Reyes Magos, razón por la que vienen cada año para dar gracias y de nueva cuenta, encomendar su salud y la de todos sus parientes.
Pese a la recomendación de no llevar consigo velas y ruda, algunos fieles portaban estos signos religiosos y al estar frente a los Reyes Magos simulaban ungirlos con ellos o trataban de alcanzarlos sin lograr su objetivo, tratando de llevarse, según las creencias, la gracia de las figuras a sus hogares. También se hicieron presentes los milagritos que la gente ya no pudo depositar a los pies de las figuras como es costumbre, limitándose a colocarlos en las urnas de ofrenda.
El vicario Juan Carlos Pat Itzá, bendecía a los creyentes que se habían colocado detrás de los barrotes de la parroquia, mientras pasaban uno por uno sobre la escarpa a recibir el agua consagrada; una medida que tuvo que ser necesaria ante la contingencia sanitaria.
Edgar Geovani May Ramírez y Miguel Ángel Cen Dzib, peregrinos de la localidad de Betania, en Quintana Roo, externaron que conlleva sentimientos de tristeza estar delimitados por una cerca en esta nueva normalidad, pues no es el tipo de cercanía a la que estaban acostumbrados en este tipo de festividades, por lo que, entre sus peticiones, pidieron porque la pandemia pueda terminar pronto para volver a festejar su fe de la manera en la que siempre lo han hecho.
A la par, numerosas personas continuaban postrándose a distancia frente a los Magos de Oriente, a las puertas del santuario, poniendo de manifiesto la devoción que tienen hacia ellos. Este fue el caso de Carlos Alberto López Escamilla, el Payaso Risitas, quien, hincado, sollozaba recargado en los muros de la parroquia pidiendo por el bienestar de su familia y por el suyo, ya que su trabajo depende de charlotear (jugar con toros en espectáculos taurinos), expresando con mucha tristeza que intercedan ante el creador para que pronto acabe la pandemia, ya que en esta feria se va con las manos vacías, pues al cancelarse no podrá actuar en las charlotadas programadas para después del 10 de enero, manifestando que no sabe cómo obtendrá los recursos para sobrevivir y mantener a sus seres queridos, pero confiando en que los Reyes Magos lo ayudarán a subsistir junto con ellos.
Numerosos grupos de antorchistas también se hicieron presentes llegando a este destino para cumplir sus promesas de fe, quienes pernoctaron en diferentes en puntos como los corredores del Palacio Municipal y en el parque principal para recobrar fuerzas antes de retornar a sus lugares de procedencia.
Durante el resto del día continuaron llegando los peregrinos, aunque el centro de la ciudad no lució repleto se evidenciaba la fe desbordante de estos creyentes que cumplieron sus mandas a los tres reyes magos del oriente.
Se esperaba a más de 300 mil personas, como en otras ediciones previas a la pandemia, pero, al parecer, la afluencia de visitantes fue menor debido a la noticia de la suspensión de la feria y ante la grave situación que la pandemia ha significado para el mundo y para el Estado, ante la presencia de la variante ómicron del COVID-19. Algunos habitantes opinan que no se registró gran número de peregrinos debido a que el 6 de enero cayó entre semana, por lo que todavía existe la posibilidad de que el próximo sábado y domingo, millares de personas arriben a cumplir sus promesas.
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CC