Las cementeras, caleras, sascaberas, concreteras, criberas y sitios de extracción de material de construcción se convierten en un polo de contaminación con la aparición de diversas enfermedades pulmonares, así como padecimientos crónicos que afectan a niños y ancianos de Mérida, Progreso y Umán, porque respiran las micropartículas que emiten, denunció el presidente de la asociación Maya Peninsular, Raúl Quiroz Moo.
Advirtió que el problema empeorará durante la temporada invernal, ya que el viento de los nortes y los frentes fríos transportará los contaminantes hacia Mérida, afectando a los habitantes de las colonias y fraccionamientos del Norte de la ciudad.
Incluso, la situación se complicará en breve, porque en el Polígono Industrial de Progreso se instalarán tres cementeras, de las cuales la Planta de Molienda de Cementos Fortaleza ya está en funcionamiento.
“Si con una planta cementera se prevén serios problemas en la población de Progreso y Mérida, con tres la situación será peor”, remarcó.
A pesar de las advertencias con base en estudios científicos, hasta el momento ninguna autoridad gubernamental ha tomado interés en este problema.
Ante la situación que prevalece, Quiroz Moo anunció que se preparan amparos para evitar la instalación y puesta en funcionamiento de nuevas cementeras, caleras y asfalteras, así como de bancos de materiales para construcción, para evitar un mayor deterioro de la calidad de vida de los yucatecos.
Incluso, lamentó que estén en funcionamiento cementeras y caleras en Progreso, Umán y Mérida, mientras que en todo el Estado, son cientos los bancos de materiales que existen, muchos de los cuales están abandonados, por lo que representan un serio daño al medio ambiente.
A consecuencia de esto se preparan jurídicamente para evitar su instalación en Yucatán, ya que ante todo se busca el bienestar del medio ambiente y la salud de las familias que viven al lado de los terrenos donde estarían dichas empresas.
“Se preparan amparos para evitar la aparición de cementeras, caleras y asfalteras, así como de bancos de material pétreo, que hacen mucho daño”, acotó.
Resaltó el notable daño causado al medio ambiente, pues las grandes empresas deforestaron el área que se les asignó, colocaron bardas para impedir el tránsito de la fauna silvestre, y en el caso de las caleras y las cementeras la emisión de partículas y micropartículas laceran los pulmones de la población.
Las cementeras y caleras emiten constantemente micropartículas que afectan a numerosas poblaciones ubicadas a varios kilómetros a la redonda, mientras que las sascaberas y granjas ocasionan un severo daño al frágil manto freático, subrayó.
Quiroz Moo abundó que los pobladores del Norte de Mérida resentirán, a corto plazo, los efectos de las micropartículas que emana la cementera instalada en el Polígono Industrial de Progreso, generando complicaciones pulmonares y padecimientos crónicos en los menores de edad y en las personas de la tercera edad.
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CC