A un mes exacto de que partió del puerto de Progreso el barco “Máximo Emanuel” las noticias sobre su hallazgo han tomado un nuevo rumbo, pues este lunes surgieron rumores de que una lancha ribereña habría encontrado la barca y ya se habría emprendido el retorno, aunque se desconocen las condiciones de sus tripulantes.
Justamente desde el domingo, minutos antes de la medianoche llegaron a Progreso los familiares de tres de los desaparecidos, permaneciendo en condiciones infrahumanas en una tienda de autoservicio situado a un costado del puerto de abrigo.
El arribo de los esperanzados se dio por medio de un par de vehículos que fueron rentados gracias a una colecta que se hizo desde las comisarías de Yokdzonot del municipio de Yaxcabá y Holcá que pertenece a Kantunil. Dentro del grupo, se destaca que hay dos niñas de dos y cuatro años de edad.
El objetivo, aseguran los presentes que es permanecer en el puerto a pesar de las condiciones esperando que el dueño del barco con matrícula 31010173523-5 y 36 pies de eslora, M.J.F., (a) “Kalimán”, acuda a dar una explicación de lo sucedido y las condiciones en las que se encuentra la tripulación, pues desde que se levantaron alarmas del extravío, no han tenido comunicación con el permisionario pesquero.
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Otra cuestión de la permanencia es la poca comunicación que también se ha tenido con autoridades como Capitanía de Puerto, a donde se han comunicado vía telefónica los familiares, pero no han tenido una respuesta de la situación del buque “Máximo Emanuel”. Lo que no les ha hecho perder los estribos, se menciona que es el que una de las auxiliares que constantemente les recibe las llamadas, ha confirmado que ya hay una carpeta de investigación y seguimiento del caso.
“La búsqueda ha sido por nuestra propia cuenta, llegamos aquí y hemos padecido bastante, la gente de la gasolinera a donde nos dirigíamos para ir al baño no cerró las puertas, ha estado lloviendo bastante y las horas de comida a veces las dejamos pasar porque no tenemos suficiente sustento para poder comprar alimentos” externó Honorio Aké Caamal, cuyo hijo se encuentra desaparecido con tan solo 28 años de edad.
Tal como informamos luego de una entrevista con Vicente Valerio, hermano del patrón de barco Francisco Gaspar Herrera Valerio de 35 años de edad y originario de Alvarado, Veracruz, el zarpe del navío se registró el pasado 23 de octubre y hasta el momento se desconoce su paradero, pues a menos de ocho días de labores, se perdió el contacto con los pescadores.
El navío de embarcación mayor se esperaba que retornara a Progreso el pasado seis de noviembre, pero eso nunca sucedió, pues era el lapso en el que se supone mantendrían acciones para la pesca de canané y otras especies de escama. El día de mañana se cumple un mes de que zarpó el “Máximo Emmanuel”.
Los otros integrantes, aparte del capitán mencionado con origen veracruzano, son Adrían Aké Yañez de 28 años de edad, Juan Bautista Vian Ramos de 55 años de edad y el tabasqueño Gerardo Manuel Felix García, de 32 años de edad. Llama la atención que ningún náufrago es nacido en Progreso, por lo que esta temporada habría sido su arribo a la ciudad en busca de mejorar su economía como hicieron este año cerca de dos mil hombres de mar.
“Aclaramos que no queremos problemas, tampoco venimos a protestar, solamente queremos saber dónde están nuestros familiares porque despertar es un martirio, algo insoportable el no saber si están bien o si la marea los tiró para luego dejar el barco a la deriva” expuso la sexagenaria Lorena Gamboa, esposa de Juan Bautista Vian Ramos.
Como se mencionó al inicio de la nota, una de las noticias que volvió a depositar esperanza en los familiares de los pescadores fue que un permisionario y pastor religioso del templo “Salem” de Progreso, a quien solo conocen como “William”, se comunicó con el señor Honorio Aké Caamal para confirmar que ya estaría siendo remolcado el buque.
“Se nos dijo que habría posibilidades altas, la llamada fue corta y ni siquiera nos dieron detalles de la longitud a la que se encuentra el barco, solo que una lancha del embarcadero “la caleta” lo encontró y lo está trayendo, pero como es un navío de embarcación menor, esto es a paso lento” dijo Honorio Aké.
Trasciende que tampoco se informó sobre la condición de los tripulantes o si se encuentran con vida los integrantes del barco, por lo que la angustia aumenta a pesar de que hay posibilidades de volver a ver el móvil marítimo en el que se embarcaron los cuatro náufragos.
Alrededor de las 12:00 horas, ante los rumores que habían visto al grupo de personas en el puerto, se armó un operativo, llegando más de cinco vehículos de la SSP estatal, así como también de la dirección de seguridad pública y tránsito municipal con la presencia del comandante Omar de la Cruz Cocom Basto.
El arribo de autoridades se debió a que empezaron averiguaciones del caso, tanto por vía de dichas dependencias como de la Policía Estatal de Investigación, por lo que los uniformados permanecieron ahí alrededor de dos horas, aconsejando a los presentes el denunciar el hecho ante la fiscalía con sede en Progreso.
“Es demasiado cansado para nosotros pero qué más podemos hacer si no nos da apoyo la autoridad, vamos a pelear por saber cómo se encuentran nuestros pescadores, los queremos vivos. Estamos rezando todos los días y esperando que venga el barco con ellos a bordo para volver a darles un abrazo, sería un milagro” externó José Germán Vian Ramos, hermano de uno de los hombres de mar.
Un caso en particular que se ha tenido durante esta temporada de cefalópodo es esta embarcación pues ha sido la única que ha sido registrada como pérdida al menos dentro de los registros de esta corresponsalía. La mayoría de las tragedias han sucedido con naufragios individuales, incendios de navíos marítimos y los desenlaces macabros en los que se lanzan los pescadores al mar luego de delirios de persecución.
El último registro de una perdida similar se tuvo el nueve de mayo de este 2022, cuando la lancha “Caridad del cobre” zarpó desde la caleta el pasado domingo a las seis de la mañana en busca de mero y especies de escama pero sin retornar a las cuatro de la tarde del mismo día, tal como estaba estipulado en su calendario, obligando a las familias de los cuatro marineros a tomar acciones para encontrar a sus consanguíneos.
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CC