Avicultores de Yucatán reforzaron las medidas de bioseguridad para evitar la entrada de la influenza aviar a la entidad, que ha causado la destrucción de granjas completas en los estados fronterizos de México, afirmó Jorge Manuel Puerto Cabrera, presidente de la asociación del ramo en el Estado.
Afirmó que, más que preocupados, están ocupados del problema, que es nuevo porque se trata de una cepa emergente en el país, más agresiva que sus antecesoras, traída por aves migratorias que viajan hacia el Estado durante la temporada de frío.
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Informó que en Estados Unidos y se han sacrificado a 48 millones de aves entre gallinas, pollos y pavos, por lo que en Yucatán se están tomando medidas para proteger la inversión y sus animales, porque es parte de la seguridad alimentaria no solo del Estado, sino también del Sureste.
Recordó que el 33 por ciento de la producción se queda en el Estado y el 67 por ciento sirve para surtir a Campeche, Quintana Roo, Tabasco y Chiapas, de un total de millón y medio de pollos y 120 mil cajas de huevos a la semana, aproximadamente.
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Lamentó que la producción de pavo no se haya levantado desde la pandemia, pues solamente producirán 450 mil, es decir, tan solo lo que se produce para las fiestas de fin de año, debido a un desfase en la producción, precisamente por la influenza, que ha arrasado en Canadá y Estados Unidos.
Localmente, el cuidado se enfoca en el alimento y la interacción de humanos en las granjas, quién entra y quién sale, debido a que, por disposición de la Secretaría, debe protegerse a las aves; si bien son medidas que se tienen por sistema, se ha reforzado.
Puerto Cabrera indicó que el Estado tiene una certificación de medidas de biodiversidad que impone la Sagarpa, que van desde analizar el agua que toman los animales hasta verificar la salud del animal.
Recordó que, como parte de la Unión Nacional de Apicultores, en muchas ocasiones se ha tenido que dar apoyo a algún Estado que necesite producto en huevo y procesado, aunque señaló que en estos momentos está, hasta cierto punto, un poco limitado o restringida la movilización de aves vivas, precisamente para reducir el riesgo de un posible contagio.
La población puede estar tranquila, no se tiene problema de ninguna especie en el consumo del huevo y pollo en el Estado, el Estado siempre ha producido animales libres de enfermedades desde 1995; está libre de Newcastle, influenza y salmonela, gracias a campañas sanitarias oficiales.
Yucatán es el Estado que ha cumplido casi con el 100 por ciento de la certificación el año pasado y este se está en el proceso de renovación de las medidas de bioseguridad.
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CC