Debido a las constantes lluvias que se generaron durante estos días, Andrés Yam, productor de tomate criollo de Telchac Pueblo, informó que el Frente Frío número 28 trajo ciertos beneficios en los montes y para algunos productores; sin embargo, en su caso, esto perjudicó su siembra, pues afirma que el agua de los chubascos podría haber sido tóxica, pues varios de sus frutos resultaron dañados y presentaban signos de ampollas.
El agricultor resaltó que hay temporadas en las que las lluvias no ocasionan perjuicios y benefician el desarrollo de las plantaciones, pero en esta ocasión la abundancia de agua dañó ciertas hortalizas afectando el desarrollo de los cultivos, pues éstos aparentaban estar en estado de descomposición.
“Nosotros ya nos estábamos apretando por la sequía que estaba comenzando, lo bueno que cayó la lluvia, pensé que iba a ser momentánea, pero se alargó por dos días, eso produjo que el tomate se afectara”, aseguró.
Andrés informó que las hojas y los tallos de los cultivos en sus cuatro mecates de plantación comenzaron a ser afectados frecuentemente por la mosquita blanca, generando la necesidad de emplear agroquímicos para combatir la plaga antes que acaben con su sembradío, pero hasta ahora dichos esfuerzos han sido insuficientes y se han debilitado sus hortalizas, por lo que estima que sólo podrá cultivar una producción durante mes y medio.
La mosquita blanca
“Primero la plaga de la mosquita blanca nos comenzó a sacudir bastante fuerte, utilizamos mucho líquido y hasta hoy el insecto sigue en las plantas, sólo vamos a bajar el tomate que ya colgó ahora, pues ya no darán más los arbolitos”, dijo apesadumbrado el hombre de campo.
Apenas se logren calmar las lluvias, el campesino precisó que comenzará a fumigar los sembradíos para que los tomates que van a madurar no les suceda lo mismo como a los que fueron afectados, ya que si lo limpia desde ahora corre el riesgo de que vuelvan a caer los chubascos y laven el líquido aplicado, lo que sería un nuevo desperdicio a su inversión.
“Ahora lo que sigue es volver a fumigar las plantaciones, ya que si no se hace es muy probable que comiencen a brotar los gusanos cogolleros y los hongos, eso nos terminaría de sepultar con el resto de cosecha que nos queda”, comentó.
El entrevistado estima que un 20 por ciento de los tomates fueron afectados, el resto permanece intacto mientras sea limpiado y saneado durante los próximos días.
De acuerdo con Yam, los productores de mazorca que dependen más de las lluvias para que su cultivo pueda producir, también realizan la misma actividad que el resto de los milperos para que a los elotes no les caigan gusanos dentro de las sus hojas.
“Ahora que ya hay la cosecha va a cambiar el color de las hojas, ya no estarán tan verdes por todo el proceso que ha estado llevando para mantener las matas y poder cultivar. Es muy duro el trabajo de la agricultura, se nos presentan diferentes obstáculos que hay que saber cómo manejar”, expresó.
Andrés informó que el precio de la caja del tomate criollo se ha estado pagando en los 280 pesos, un precio bastante considerable para recuperar lo invertido y apostarle a otras producciones en los próximos meses.
Añadió que suele emplear dos días para trasladar su producción a la Casa del Pueblo en Mérida, manda alrededor de 20 cajas, pero a mediados de mes estima enviar lo doble por el rápido desarrollo que suelen tener los tomates.
Las aves, otro problema
Cuando los frutos quedan sazones, los pájaros como el “chel” y la chachalaca suelen picarlos para alimentarse en estas fechas que comienza a escasear su alimentación en los montes de los alrededores, causando otro problema a los agricultores.
“Las aves por las mañanas y tardes bajan para comer el sembrado, cuando detectan la presencia de personas no se acercan, yo entiendo que tienen que alimentarse, no gastan todo el cultivo, pero sí logran dañarlo”, subrayó.
Andrés Yam resaltó que durante esta semana comenzará a aplicar de nueva cuenta diversos líquidos para que su cosecha de tomates no sea afectada por la lluvia que cayó durante tres días seguidos en la localidad, esto para poder finalizar bien su producción que desde el mes de diciembre empezó a cultivar. “Esta vez se nos juntó todo, la seca adelantada, la mosquita blanca y ahora la lluvia. En todo hay afectaciones y hay que ver cómo recuperarnos”, dijo.
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CC