En el sureste de México, y específicamente en el municipio de Tizimín, se tiene la creencia del conocido Mal de ojo, un tipo de hechizo o maldición que se transmite con la mirada cuando a una persona le gusta excesivamente, por la envidia hacia los semejantes o simplemente cuando alguien observa sobre todo a un bebé estando “caluroso, sediento o con resaca”, según curanderas.
En ese sentido, las hermanas María Elizabeth y María de los Ángeles Bobadilla Muñoz son quienes desde hace más de 40 años han librado de este mal a más de 5 mil pequeños de distintos puntos del país, ya que mucha gente acude a Tizimín en busca de que sanen a sus hijos de este padecimiento.
Las hermanas Marías compartieron que sus conocimientos son ancestrales, pues ellas, cuando tenían 20 años de edad, aprendieron todo lo que saben gracias a su abuela María de los Ángeles Sánchez de Bobadilla.
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Síntomas del Mal de ojo
Explicaron que uno de los posibles síntomas para un Mal de ojo son la diarrea, vómitos e incluso puede llevar a la muerte por deshidratación en especial a los niños entre meses y dos años. Ellas sostuvieron que a veces los médicos no detectan lo que tienen los niños, y estas a través de sus conocimientos logran curarlos incluso a menores desahuciados.
Reiteraron que, entre las personas que acuden con sus pequeños, han recibido a padres de familia que a veces son doctores y enfermeras, personas que tienen escepticismo respecto a este tipo de creencias, pero quienes a su vez terminan sorprendidos.
Según relataron, tras la recepción proceden a pasarle un huevo a los niños, y después lo rompen en un vaso para observar la yema que cae al fondo. Si aparecen hilos y burbujas en el agua, precisaron, significa que estos tienen “mala energía”.
Posteriormente, elaboran una bebida preparada a base de arroz y agua, el cual deben dar con leche a los bebés.
Enfatizaron que esto cualquiera lo puede hacer, pero no resultaría efectivo ya que una persona debe contar con el don para ejercer este acto; siendo que, las personas en general, miran con tabú su labor, pero ellas argumentan que sus creencias no se basan en brujería o temas relacionas a esos, sino que trabajan a través de las imágenes de Los Reyes Magos, la Santísima Trinidad, las Tres Cruces de Viernes Santo, a la virgen de Fátima y. sobre todo, a Dios.
También, sostuvieron, que su abuela les transmitió dicho don para curar gente; para muestra de ello enseñaron sus brazos erizados tras concluir el trabajo de una niña, mostrando que ellas absorben los dolores de esta forma y compartiendo que posteriormente ellas tienen que auto curarse ofrendando sus servicios a dichos santos y al creador.
Añadieron que también las personas adultas son propensas a causar mal de ojo, pues al sentir que les gusta algo y lo observan pueden llenarlo de malas energías, siendo que “si están muy guapos y guapas pueden sufrir este mal”.
Las curanderas dijeron además que si una persona tiene un lunar en el ojo pueden producir sin querer este “padecimiento”, incluso a sus semejantes. Asimismo, los animales también tienen la capacidad de “ojear”, sobre todo, los perros, gatos y los caballos, señalando que el ojo o mirada de este último cuando está sediento puede ser letal y difícil de curar.
En ese sentido, también piden a las personas que en el altar donde depositan los huevos ofrenden una veladora como agradecimiento a las sagradas imágenes y a sus bendiciones que derramaron para curar a quienes sufrían de este mal.
Puntualizaron que, para ser curados o para que le sanen a alguien, se necesita fe y creer en que van a reponerse a través del apoyo de los santos y con la voluntad de Dios. Tras terminar su trabajo ellas dotan de una protección a las personas esta consta de una bolsita roja que contiene los frutos denominados oxitos, que al igual que los ojos de venado sirven para prevenir esta enfermedad.
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CC