Mediante el último censo de la Dirección Municipal de Pesca se determinó que en el municipio hay 4 mil 156 beneficiarios contemplados para recibir apoyos gubernamentales tras la veda del mero; sin embargo, quedan fuera cerca de mil hombres de mar, en su mayoría ribereños que no podrán obtener empleo temporal por falta de documentación o nula respuesta a la convocatoria.
Dentro de la veda, Juan Patrón Alcalá, subdirector de esta dependencia argumentó que solamente el 30 por ciento de los pescadores se mantendrán activos mediante la captura de otras especies de escama como el canané, el huachinango, la rubia entre otros, con el fin de ganar sueldos de 3 a 6 mil pesos a cambio de viajes en altamar de más de 15 días.
El otro porcentaje, aseguró que sobrevivirán con empleos de remodelación en sus navíos cuyo sueldo saldrá de sus permisionarios, así como también por medio de empleos externos a la pesca, reduciendo de paso su alcance económico a un 20 por ciento a comparación de lo que un tripulante ganaba en un viaje en busca de pulpo.
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“Ahorita el pescador tiene que moverse de acuerdo a sus necesidades, quienes no corrieron con la suerte de ser parte de los programas de apoyo o de ser contratados por los dueños de los barcos donde trabajan, son quienes más sufren estos días, empiezan a laborar de manera improvisada”, explicó el funcionario.
Entrevistado en un evento que se llevó a cabo en la casa de la cultura de este puerto, Rafael Combaluzier Medina, titular de la Secretaría de Pesca y Acuacultura Sustentable en Yucatán, mencionó que el programa “respeto a la veda del mero” arrancó desde este martes en Sisal, mediante la limpieza de playas.
Debido al alza de contagios, una novedad es que solo se pagará una vez al mes los 2 mil 400 pesos en vales para intercambiar en los comercios de sus localidades.
Suicidios de pescadores por falta de empleo
Se resalta que justo el año pasado, en vísperas de la veda, se suicidaron tres pescadores de embarcación menor en Chuburná, Flamboyanes y la cabecera municipal.
Dentro de la “caleta”, refugio pesquero más grande del municipio, la situación ofrece un panorama con cerca de 500 navíos que descansan sin movilidad alguna, pues los mismos pescadores señalaron que ir en busca de especies de escama alternativas no es redituable, pues no se logran ni 100 kilos de especies como el “carito” que se contempla en 60 pesos el kilo, pues solo la inversión de un navío de estos que consta de una tripulación de tres elementos amerita insumos, herramienta, combustible y pagos de parte del patrón, necesitando hasta 7 mil pesos para desembolsar, ganando apenas la mitad de dicha cifra al final de cada viaje.
“La pesca no es lo mismo que antes, había mayor ganancia y éramos pocos quienes nos aventurábamos al mar. Tampoco había veda y ahora lo hay por los furtivos, ya dejó de ser un buen oficio el convertirse en pescador, lo sentimos más que nada por la familia que resiente el ajuste de cuentas en casa”, argumentó Víctor Chablé quien a dedicado 40 años de su vida a esta labor dentro de su aún lancha existente “Kimberly”.
Con base al censo de la dirección de pesca, solo en Progreso hay 2 mil 825 pescadores, 418 en Chicxulub, 408 en Chelem y 435 en Chuburná.
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CC