Se va perdiendo entre las nuevas generaciones el interés por aprender a urdir hamacas, reveló María Catalina Hau, quien agregó que en Tizimín, muy pocas mujeres y hombres se dedican a este oficio.
Explicó que para ella urdir hamaca es meramente un pasatiempo y poco a poco lo va haciendo en sus ratos libres, sin embargo, actualmente entre los jóvenes existe muy poco interés en aprender este trabajo y muy pocas personas actualmente se dedican a este tipo de artesanías.
La elaboración de las hamacas es todo un arte, antes este conocimiento se trasmitía de generación en generación en la ciudad, aunque ahora muy pocas personas se dedican al oficio, pero los pocos que lo realizan le imprimen su creatividad, tal como Maricela García Sánchez, que es una artesana dedicada a urdir hamacas y cuenta con una amplia variedad de diseños, incluso muchos son personalizados.
Ellos tuvieron que capacitarse, reveló, aunque en Tizimín las familias aman las hamacas, que según dicen es el lugar donde se vende más cantidad, mencionó que ella urde hamacas frutales, jardineras, columpios y hamacas personalizadas con el logotipo de partidos deportivos favoritos, al igual hacen bolsos y banquitos urdidos de hilo.
En relación con los precios, la artesana dijo que ofertan hamacas que van desde los mil pesos hasta las personalizadas que según el dibujo se venden de 2 mil 600 a 2 mil 700 pesos, pues cuentan con 45 diseños.
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CC