Las vedas han comenzado a impactar a otros sectores de la pesca, ejemplo de ello son las casi 50 congeladoras con las que cuenta el puerto de Progreso, junto con sus comisarías dedicadas a la distribución de productos del mar. Desde mediados del mes pasado, cerca de mil empleos se redujeron a causa de la entrada de la veda del mero.
Tal como dimos a conocer en los días de la “fiebre del pulpo”, por medio de números otorgados por la Dirección de Pesca, en ese entonces a cargo de Roger Gómez Ortegón, en el mes de agosto del 2021 se tuvo una derrama económica en el puerto que superó los 100 millones de pesos, misma que mantuvo los sueldos de alrededor de 2 mil personas que entraron a laborar a esas empresas procesadoras.
“Se gana bien, pero es una friega que se pone uno, hay quien deja un trabajo fijo en alguna empresa y otros hasta abandonan la pesca para venir a empaquetar pulpo. Los sueldos en la temporada son buenos, a la semana te llevas hasta cuatro mil pesos, si trabajas dos días seguidos y acumulas horas extra; es un desgaste físico enorme, pero vale la pena”, expresó Fernando Loeza, ribereño que apostó por laborar en una de las plantas y ahora asegura estar padeciendo los estragos del Frente Frío junto con la pérdida de su empleo temporal.
“Como a toda empresa, no le conviene mantener a tanta gente si en los dos meses de veda hay poca producción, si mantienen a todos habría pérdidas y, si no contratan personal para la temporada de pulpo, quedan cortos sus 10 o 12 operativos de base”, agregó.
Otra situación que los empresarios pesqueros aseguran que ha perjudicado es el de la pesca furtiva, pues su comercialización fuera de regla repercute en su oferta nacional e internacional, propiciando que se dispare el precio de ejemplares prohibidos y atrofia el mercado del sector.
“Al capturar el mero, las embarcaciones dedicadas al furtivismo, aparte de que no dejan que se reproduzca la especie marina, la venden de manera ilegal a un mercado que lo recibe por un precio muy barato, ocasionando de paso que el ejemplar suba en el comercio legal amparado por las autoridades”, manifestó Fued Zacarías Solís, gerente general de la empresa “Zaso”.
El entrevistado añadió que durante las temporadas del molusco y el mero se suelen contratar hasta 30 personas por congeladora con previa convocatoria, aunque por lo regular cada grupo de trabajo contempla a su respectivo equipo de eventuales que año con año deciden desvelarse para procesar ejemplares marinos.
En las últimas semanas, los titulares de estos centros de trabajo fueron vistos en recorridos junto con elementos de la Dirección de Pesca y de la Administración del Sistema Portuario Nacional con sede en Progreso, realizando rondas de vigilancia en embarcaderos del municipio y el Puerto de Abrigo, a fin de tratar el tema del furtivismo dentro del municipio; se espera que en las próximas semanas se realicen juntas de trabajo con autoridades de los tres niveles de gobierno.
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CC