Los desarrolladores que venden “lotes de inversión” utilizan estrategias de marketing atractivas, de tal modo que son capaces de atrapar al comprador para que adquiera un espacio en el monte, sin servicios, pero con posibilidades exitosas de contar hasta con un “cenote artificial”.
En el diseño de publicidad, la inmobiliaria Zolena muestra un cenote a cielo abierto, con aguas cristalinas y vegetación a su alrededor, muy parecido al de Dzibilchaltún, en el que los futuros habitantes del desarrollo están nadando, disfrutando con la familia, viviendo del sano esparcimiento del atardecer, refrescándose del intenso calor de Yucatán.
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Lotes de inversión: Estos son los municipios de Yucatán donde se venden ‘ciudades en el monte’
Pinta el escenario con el color amarillo de Izamal, uno de los Pueblos Mágicos de la entidad, resaltando la frase “cerca del parque y sus múltiples amenidades”, y en el fondo luce el majestuoso convento franciscano, calesas y turistas extranjeros de cabellos dorados. Lo que anuncian en la etapa dos.
En otro diseño, uno puede ver la distribución de los lotes, con la invitación a cotizar. En la parte frontal del proyecto de nuevo aparece el “cenote artificial”, pero desde la vista panorámica se percibe que está rodeado de monte, no hay población cercana ni se muestra la urbanización.
Estos “ganchos” están haciendo caer a miles de compradores que se dejan guiar por diseños y buenas estrategias de marketing para comprar, sin ver ni conocer físicamente los lugares exhibidos en la publicidad.
Por Esto! publicó que los “lotes de inversión” representan millonarias ganancias para los inversionistas porque no introducen servicios como agua, energía, ni pavimentan y menos garantizan seguridad pública o recolección de basura.
Por lo menos, la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) detectó que este fenómeno está subiendo en 11 municipios, donde las leyes permiten dividir y vender espacios de tierras que fueron ejidales, los adquirieron a bajo costo y al venderlos superan por mucho las ganancias.
Ayer dimos a conocer el caso de San Ignacio, comisaría de Progreso, en donde un lote se vende a 151 mil y 154 mil pesos a pagar durante 36 meses. Los desarrolladores compraron cada hectárea en promedio a 10 mil pesos y por este espacio ellos pueden sacar divisiones de 62 lotes.
El “boom” inmobiliario de Yucatán es debido principalmente a la seguridad y a la certeza jurídica, pero que en el caso de los “lotes de inversión”, son proyectos a futuro, 10 ó 15 años, y es donde surge la frustración de muchas familias que compraron a distancia desde plataformas digitales y que al ver su “lote” se dan cuenta que está en medio de la nada.
En Santa Clara, municipio de Dzidzantún, la publicidad de “Gran Marazul” podría ser engañosa, ofrece lotes regulares con apartado de 2 mil pesos, y las calles “pavimentadas y con esquina” con apartado de 5 mil pesos y las que están en la orilla del mar con 50% de enganche.
La publicidad invita a invertir en la nueva etapa cinco a orillas de la carretera o cerca del mar y del parque central, pero cuando se observa el plano de distribución de los lotes inmediatamente se puede mirar que está en medio de la nada, que está rodeado de monte, sólo se ven los trazos y las divisiones de los espacios, pero sólo eso.
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CC