Carlos Rubio Cruz, quien forma parte de la cooperativa “Unidos por Chicxulub”, indicó que se pretende rehabilitar la parte Poniente de la ciénaga de la comisaría para establecer paseos en alijos, donde el atractivo principal será un ojo de agua que a través de varias décadas fue bautizado como “El Petén”.
“Queremos repetir una historia similar al Corchito, no tenemos apoyo gubernamental pero probablemente así seguiremos, al igual que puertos como Chuburná o Chelem que cuentan con rías, le daremos trabajo a nuestros hombres de mar”, expresó.
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El sitio se considera histórico por haber sido punto de reunión para las generaciones de hace por lo menos cuatro décadas; sin embargo, a causa de las invasiones y la contaminación, el lugar quedó deshabilitado y sin flujo de agua por las toneladas de basura que se encuentran ahí.
Ante ello, el grupo de 21 hombres de mar se encuentra rehabilitando con inversión propia el ojo de agua, cuyas dimensiones son de 20 por 20 metros, eso sin dejar a un lado los pasajes de mangle y áreas verdes donde hay aves y otros organismos que habitan en el lugar.
El atractivo turístico sería abierto en el mes de noviembre de este mismo año, estableciendo precios módicos para la ciudadanía y turistas.
“Aquí veníamos varios chamacos de Chicxulub a bañarnos y divertirnos en lo que era un sitio con riquezas naturales a donde voltearas a ver, lastimosamente con el paso del tiempo se fue perdiendo el atractivo, pero surgió la iniciativa gracias a las ganas de elevar la economía del pescador y poder darle un lugar de recreación a la gente”, constató Rubio Cruz.
“El concepto que se pretende dar es completamente familiar, que la gente conozca los alrededores y pueda hasta consumir alimentos, sin dañar el ecosistema, una de las acciones que se impulsarán es el respeto al medio ambiente”, agregó.
Los beneficios en materia de rehabilitación también contribuirían a mejorar el flujo del agua y conservar la llegada de más de 500 aves que para el mes de abril acuden a estas áreas para su reproducción.
Este grupo de hombres encontró dos piedras, según estudios de la Facultad de Ciencias Antropológicas de la UADY, que pertenecen a residuos espaciales. Ambas rocas permanecen bajo el cuidado de los mismos pescadores a fin de exhibirlas en un aparador de “El Petén” tan pronto se corte el listón inaugural.
La historia de “El Corchito” también comenzó de la misma manera, con cuatro pescadores liderados por José María Palomo Castillo, quienes rehabilitaron una serie de ojos de agua que se encontraban en un basurero del tramo Chicxulub-Progreso, que crearon una cooperativa con el mismo nombre y otorgaban viajes en lancha hasta el año 2015, cuando el Gobierno del Estado obtuvo los derechos tras ceder los integrantes los derechos en una junta celebrada en mayo de ese año.
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CC