El restaurantero Mario Jara Canto expuso que ahora no sólo hay que cuidarse de los extorsionadores telefónicos de los narcos que quieren cobrar derecho de piso en Tizimín, sino también de las autoridades reguladoras como la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
Jara Canto expuso que esta dependencia busca alguna anomalía para imponer multas, en su caso compartió que pretenden cobrarle 80 mil pesos porque en una de las visitas de esa dependencia no contaba con tres letreros, uno donde indicara que acepta tarjetas bancarias como modo de pago, otro por no mostrar el tipo de cambio para pago con dólares y el costo de los servicios a domicilio que realiza por medio de diligencieros.
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Señaló que esto no le parece justo, ya que dicha revisión se la hicieron en su restaurante denominado 'Tres Reyes' en el mes de octubre pasado, indicándole que derivó de una denuncia anónima; regresaron en el mes de noviembre para constatar que ya contara con dichos letreros, cuando ya los había colocado como mantiene hasta la fecha.
Sin embargo, dio a conocer que retornaron de nueva cuenta el pasado 18 de mayo para enterarlo de la multa, que asciende a la cantidad antes mencionada y la cual debe pagar en un plazo máximo de 30 días.
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Continúan padeciendo la crisis
Externó que no es posible que la Profeco ejerza este tipo de cobros sin que tome en cuenta que aún no se da la tan anhelada reactivación y que los negocios continúan padeciendo la crisis económica derivada de la pandemia.
Jara Canto hizo énfasis de que aunque el desconocimiento no lo exime de violar algún artículo de la ley, el hecho de no haber colocado dichos letreros derivó de que no sabía que esto fuera en contra de ese estatuto y por ello dicha dependencia debería darle consideración a los comerciantes independientemente del giro, manifestado que al observar alguna anomalía les deben llamar la atención, darles unos días para la reparación del daño y si inciden dar pauta a las multas, pero recalcó que no le resulta justo que tan solo por acudir busquen algo en lo que no esté apegado el negocio a la ley y le apliquen la sanción.
Concluyó diciendo: “no es posible que existan autoridades encargadas de presionar negocios y tratar de exterminarlos, que no sólo “te ponen el pie para que te caigas, si no que se encargan de pisarte la cabeza para no poder levantarte, que se justifican de denuncias anónimas como una modalidad para esconder la cobardía, pero también el pretexto perfecto de estas autoridades con declaraciones que no existen, pero que les dan el motivo suficiente para visitar y encontrar algo malo para sacarle dinero al comerciante”.
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CC