Yucatán

Greenpeace desmiente a químico de la UNAM; granja porcícola Chapab de Kekén sí contamina

Greenpeace dice que no hay un proceso de limpieza de aguas residuales que purifique el líquido, sobre todo en un suelo como el que existe en Yucatán
La mayoría de las 122 granjas en el Estado no cuentan con el Manifiesto de Impacto Ambiental / Por Esto!

De acuerdo con Viridiana Lázaro Lembrino, especialista en agricultura y cambio climático en Greenpeace México, la granja porcícola de Chapab, aparcera de Kekén, sí contamina, contrario a lo que aseguró el ingeniero químico Humberto Reyes Montiel egresado de la Universidad 

La representante de esta organización de alcance internacional expuso que todas las granjas asentadas en Yucatán contaminan, porque no existe ningún proceso de limpieza de aguas residuales con capacidad de cubrir al 100% las necesidades de purificación del líquido.

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POR ESTO! publicó ayer que Reyes Montiel aseguró que la granja de cerdos de Chapab, aparcera de Kekén, ubicada en el Sur de la Entidad, es la única de las 54 que hay en Yucatán que tiene plantas de tratamiento de aguas que en lugar de contaminar con sus desechos, fertilizan el campo con nitrógeno, fósforo y potasio.

Viridiana Lázaro Lembrino dijo que “hemos platicado con geólogos y expertos sobre el tema de la porcicultura y hasta ahora lo que sabemos es que es una zona vulnerable, entonces no hay ningún método que pueda asegurar 100% que el agua que están regresando esté limpia”.

“Se necesita técnicamente un proceso demasiado largo y costoso, que la verdad no se puede asegurar que no contamine porque es suelo kárstico, es poroso, entonces es muy complicado que exista esta tecnología así”, dijo.

Explicó que las granjas siempre van a querer escudarse, van a querer decir que tienen la mejor tecnología para continuar con sus proyectos, pero lo que el Gobierno debe tomar en cuenta es el principio de prevención, el principio precautorio.

Esto significa que ante la posibilidad de una afectación, como el caso de las granjas porcícolas o mega granjas, con daño exponencial, que afecta el manto acuífero porque es un sistema dinámico y de constante movimiento, no se debe permitir.

Subrayó que la empresa de Kekén llama al proceso de aparcero una empresa social, pero no es así, sólo busca externalizar los impactos y que no todos se los quede la empresa para poder venderse como socialmente responsable, cuando sabemos que no es así.

“Aquí en Yucatán recordemos que hay 122 granjas porcinas, la mayoría no tiene Manifiestos de Impacto Ambiental, pero centrándonos en estos dos casos, la de Homún y Sitilpech, en Izamal, nos encontramos que ahorita la comunidad está siendo escuchada, no es lucha ganada, pero se sigue el curso, lo que se busca es que se mantengan cerradas”, dijo.

Además, recordó que Homún se ubica en la zona de área natural protegida, en un sitio Ramsar, y Greenpeace está acompañando a las comunidades, haciendo estudios, visualizar en estos casos, el daño tan grave que puede producir al medio ambiente, a la biodiversidad y contribuir al cambio climático que ya estamos viviendo ahora y que no podemos dejar pasar.

Subrayó que las granjas porcícolas son el medio de cultivo para nuevas pandemias, es algo que debemos tomar muy en cuenta a la hora de pensar en estos desarrollos extractivistas, como son las mega granjas.

Explicó que “necesitamos un cambio de sistema en la producción de alimentos, en la carne de cerdo, que ahora es agroindustrial, dañina, inadecuada, que daña al medio ambiente y es necesario ver el modelo desde una perspectiva regional y como un cambio agroindustrial y que sea agroecológico”.

En este contexto, Lázaro Lembrino dijo que una alternativa es la crianza del cerdo pelón.

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JG