El Consejo Ciudadano por el Agua pidió la clausura definitiva contra el parque Xibalbá, del Grupo Xcaret, por el grave daño que cometió contra la naturaleza de la región de la Península y contra la cultura maya, a la cual debería respetar y no utilizarla como servidumbre para levantar proyectos de ese tipo.
Uno de sus integrantes de este colectivo, Yamili Aguilar, dijo que Xcaret es un grupo poderoso que atentó contra el paisaje, y lo degradó y también se apropió de la cultura maya.
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“Es poderoso (el Grupo) porque viene desde los gobiernos de Quintana Roo, que les otorgaron concesiones, y lo que Xcaret hizo ahí es el mal ejemplo de lo que no debe de permitirse en Yucatán, porque tenemos empresarios disfrazados de gobernadores que lo han permitido”, aseguró.
Dijo que se enteró del proyecto Xibalbá, en Yalcobá, comisaría de Valladolid —que la Semarnat suspendió en dos ocasiones—, cuando el gobernador Mauricio Vila y Michelle Fridman, secretaria de Turismo, acudieron ahí para ver el proyecto y anunciar que la empresa venía a invertir y promover el desarrollo ecológico de Yucatán.
Efectivamente, el 27 de agosto del 2019, se anunció las inversiones turísticas en Yucatán, entre ellas el parque Xibalbá, en Valladolid. Luego, el 19 de noviembre del 2021 acudieron al sitio, encabezado por el presidente del Grupo, Miguel Quintana Pali. De acuerdo con el material informativo de ese momento de la visita, las obras llevaban un importante avance, los ocho cenotes ya se venían intervenidos, con alteraciones en su hábitat.
Pese a la suspensión de actividades, POR ESTO! visitó el sitio y confirmó que seguían trabajando, que albañiles levantaban las torres de la entrada principal, evadiendo la responsabilidad legal impuesta por la Semarnat.
Yamili Aguilar dijo que hay ejemplos de comunidades que están haciendo proyectos lo más apegado a los reglamentos estatales, que significa que deben intervenir lo menos posible usando infraestructura rústica que repercuta menos en el hábitat.
Agregó que Grupo Xcaret lo que ha hecho en Yucatán es dinamitar las rocas, transformar los paisajes, unir cenotes, transformar los paisajes, hacer túneles y es un ejemplo claro de lo que no debe de hacerse, pues el paisaje debe de mantenerse, no transformarlo.
“Todo lo que se transforma destruye lo que era original y tuve la oportunidad de revisar la MIA y darme cuenta de que había cosas que no estaban autorizadas”, dijo.
El colectivo opinó que el Grupo rompió las formaciones rocosas, hizo túneles, espacios para proyectar videomapping, escenas, sonidos artificiales, sonidos subterráneos y acuáticos que lamentablemente cambia la perspectiva de lo original.
Dijo que si la gente quiere disfrutar de la naturaleza mejor que apoye el turismo comunitario y que invite a apreciar la naturaleza real, con los ruidos de las aves, pero no grabaciones o estatuas, que son armadas a conveniencia, queriendo mostrar y apropiarse de la cultura maya.
“La gente maya existe, es la que está en las comunidades y a éstos los tienen como servidumbre, construyendo el proyecto depredador que manipula la cultura maya a su antojo, valorando lo antiguo, pero despreciando lo que representa en la actualidad”, comentó.
“Es terrible el problema cuando se modifican los flujos de agua, nunca se debe de meter estructuras que simulen estos procesos acuáticos, evidentemente hay negligencia y puede provocar accidentes, como el caso de una persona que falleció al quedarse atrapada en un filtro de agua, artefactos que simulan paisajes para que el agua parezca natural o clara”.
Señaló que en el caso de Xibalbá hay daño al patrimonio natural porque se trata de aguas patrimoniales y eso es un delito y como mínimo debe ser clausurado definitivamente.
Puntualizó que el problema es que también esto debe llamar la atención de las autoridades municipales y estatales para que den seguimiento a este tipo de proyectos y evitar que por el hecho de generar empleos den “cancha abierta” a daños irreparables. Al contrario, deben de impulsar el ecoturismo y los proyectos que preservan la naturaleza y no la alteran.
Recordó que hay una alianza peninsular de ecoturismo comunitario que liga la naturaleza con actividades y visitas a cenotes, observación de aves y promueve el desarrollo económico, pero en un ámbito saludable. Esas empresas deberían tener todo a su favor y el respaldo del Gobierno en turno, en vez de apoyar a empresarios que depredan. (Continuará...)
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JG