Aumentan quejas contra alcaldes de tres municipios de Yucatán; incumplen sus funciones

Ciudadanos de tres municipios del Estado de Yucatán manifestaron su enojo y hartazgo porque en varias administraciones las autoridades municipales incumplen con las principales demandas sociales, entre ellas, el combate a la delincuencia y el fomento a las actividades recreativas.

En este caso, será contra los presidentes municipales de Tizimín, Ticul y Dzilam González, ya que en lo que va de sus mandatos no han escuchado las peticiones de sus gobernados, lo que incrementó el número de quejas que los vecinos tienen de sus Ayuntamientos.

Alcalde de Dzilam González cierra campo deportivo de manera sorpresiva

Deportistas del municipio se quejaron que por venganza la Comuna que encabeza el alcalde Cristian Carrillo Baeza puso un candado a las instalaciones del campo de fut7 del municipio, por lo que exigen que se reabra para practicar su deporte preferido.

“Nos piden que practiquemos un deporte para alejarnos de los vicios como el alcohol y las drogas, y ahora el Ayuntamiento nos cierra el campo de fut, qué ironía”, señalaron los deportistas.

Los inconformes explicaron que tras publicar en redes sociales que el espacio público carecía de iluminación, las autoridades municipales decidieron repararlo después de un mes de denunciado.

“Pero en venganza, las autoridades colocaron un candado a la entrada y ahora nos impiden ocupar el campo”, señalaron los deportistas que pidieron el anonimato ante el temor de represalias del Presidente Municipal, pues indican que si cerró la cancha por una simple solicitud podría realizar acciones peores contra ellos.

Según indicó el grupo inconforme, ya intentaron entrevistarse con el Alcalde, pero únicamente les ha dado largas, por lo que acudieron al director de Deportes, Víctor Martín, para pedir que agilice el proceso, pero este dio más largas aún.

Los deportistas lamentan que por estas acciones se suspendió un torneo nocturno de fútbol rápido, “todo por capricho de Carrillo Baeza, quien en represalia cerró el campo sin tener en cuenta que es un espacio público y no de su propiedad”.

“Pedimos que el Alcalde retire los candados del campo ubicado en la calle 5 entre 20, en la vía que va hacía Dzilam de Bravo, somos muchos los afectados que queremos practicar deporte”, indicaron.

Tras 11 años de servicio en el área de Prevención al Delito, de la Secretaría de Seguridad Pública municipal, el agente José Daniel Caamal Canché sólo recibió como finiquito 5 mil 864 pesos (una quincena), ya que el alcalde, Pedro Couoh Suaste aprobó que sólo le otorgaran esa cantidad.

El ahora retirado agente expuso que la actitud del Edil deja mucho qué desear, porque al parecer no valoró la trayectoria y el servicio ejercido, que tampoco apreció que su trabajo impactó positivamente en diversos sectores de la sociedad y en diferentes niveles educativos con pláticas de concientización y prevención del delito, además de otras acciones para salvaguardar la seguridad de la ciudadanía que desarrolló durante esos años de servicio.

Caamal reveló que se dio de baja de manera voluntaria el pasado 23 de mayo por cuestiones que no quisiera que dieran pauta a polémicas, sin embargo, comentó que la situación ya le afectaba a la familia y por ello tomó esa decisión, pero nunca pensó que su liquidación fuera por la cantidad antes mencionada, ya que por lo menos a las autoridades municipales conscientes de que iniciaría una nueva etapa de su vida, por lo menos, debían dotarlos de una liquidación digna para apoyarse mientras busca otra fuente laboral o emprende un autoempleo.

Trascendió entre otros policías que Daniel Caamal, desde que inició la administración actual, fue menospreciado, recibía mucha presión, que su trabajo fue desvalorado y lo enviaban a cuidar sitios públicos bajo el Sol, entre otras encomiendas para rebajar el rango con el que había ejercido su labor por muchos años como el comandante Camaleón.

Destacó que le dijeron que al darse de baja voluntariamente, las autoridades tienen la razón de no aportarle más que la quincena que recibió, pero expuso que deberían ser más sensibles, tener más tacto, observar quiénes se retiran, plantearse “¿por qué lo hacen?, ¿cuántos años han trabajado?, ¿qué tanto han hecho por la corporación, como, en su caso, en materia de prevención al delito?”, y a partir de ahí con los antecedentes de trabajo emitir su comprensión a los policías que por diferentes motivos se retiran, pues no sólo son ellos, sino que tienen familia que mantener y con la que deben sobrevivir.

Vecinos del barrio de Santiago por el rumbo de El Zapatito, cansados de tanta inseguridad, falta de vigilancia y el desinterés del alcalde Rafael Gerardo Montalvo Mata, decidieron congregarse después de un robo y darle solución a este problema tratando de atrapar al ladrón, a quien pretendían linchar.

Los vecinos manifestaron que ya están casados de estos abusos y la desidia de las autoridades para frenar tanto robo, “por eso decidimos tomar acciones por la seguridad de nuestras familias”, señaló el vecino José Chín. Incluso los vecinos el rumbo invitaron a otros ciudadanos a unirse a esta lucha para acabar con la delincuencia que azota la ciudad.

Los hechos ocurrieron cuando un amante de lo ajeno volvió a hacer de las suyas en el local El Escondido del mismo barrio, donde se llevó sillas, mesas, cablería y otras cosas que encontró a su paso. Molestos, todos los colonos salieron de sus casas para ubicar al sujeto, que supuestamente se refugió en un lote baldío.

Enardecidos y armados con palos, machetes, piedras, tubos y todo lo que tuvieron a su mano, acudieron al domicilio del presunto ladrón cerca del parque El Zapatito en la calle 37 entre 22 y 24, donde últimamente han ocurrido asaltos e incluso malhechores del barrio han golpeado a vecinos, sin que la policía intervenga en contra de ellos.

Los ciudadanos pidieron justicia a gritos y ante la desidia de la autoridad rompieron el candado del portón del lote baldío, pues apenas esta semana se han dado varios robos de casas habitación, uno más en el campo de béisbol de Pedro Mejía y el asalto a mano armada a José Huchin Tec Vaquerita, ocurrido en la puerta de su domicilio.

Otros brincaron la barda para poder recorrer el sitio y con lámparas buscaron al delincuente para darles un escarmiento y ponerle un alto a la inseguridad que asola a esta parte de la población.

El sujeto logró fugarse por la parte de atrás de su terreno, los inconformes corrieron para perseguirlo, pero éste se introdujo en otro predio donde fue seguido por vecinos y poco después se unió la Policía Municipal que más que nada resguardó el orden para evitar una venganza, ya que los ciudadanos de haberlo atrapado lo hubieran linchado.

La afectada del robo, Manuela Vázquez, propietaria del local, señaló que se llevaron cablería, sillas, mesas, manteles, etc.

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CG