En Yucatán se ha registrado un notable aumento de trastornos alimenticios, particularmente de anorexia y bulimia, al grado de imponer un récord anual de incidencias en los últimos nueve años al registrar la cifra más alta de 2014 a la fecha. Yucatán está entre las 17 entidades con mayor número de casos confirmados, superando de manera significativa a Campeche y Quintana Roo.
El principal desorden alimenticio la anorexia nerviosa o enfermedad de la falta de apetito, que afecta más a las mujeres, seguido de la bulimia, reveló la Secretaría de Salud federal.
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Hasta el momento en el estado se han confirmado 52 casos de dicha enfermedad, con un incremento del 126.09 por ciento con respecto al mismo período del año pasado, cuya suma fue de 23. Asimismo, es la cifra más alta en nueve años al desbancar al 2018, cuyo total fue de 49, mientras que el mínimo fue en 2020, con 20. Con respecto al género en Yucatán hay 36 mujeres afectadas, el 69.23 por ciento, y 16 varones, el 30.77 por ciento.
El psicólogo Alejandro Campos Xiu señaló que la anorexia nerviosa a menudo simplemente se denomina como anorexia, es un trastorno de la alimentación que se caracteriza por el peso corporal anormalmente bajo, el temor a subir y la percepción distorsionada del peso.
El experto aseveró que la anorexia afecta a niñas y mujeres con mayor frecuencia, aunque recientemente también se está volviendo más común entre niños y hombres. Esta condición aumenta el riesgo de mortalidad en aquellos que la padecen por las complicaciones asociadas con la condición de suicidio, ingesta de laxantes y ayudas dietéticas y vómitos después de consumir alimentos.
Comentó que los síntomas de la anorexia nerviosa no se asocian simplemente con la pérdida de peso, ya que el trastorno es psicológico, lo que significa que los síntomas que se manifiestan también son emocionales y conductuales.
“Entre los signos físicos se encuentran la fatiga, el insomnio, cabello quebradizo y seco que se cae o se rompe fácilmente, piel amarillenta, falta de periodos menstruales, piel seca, mareos, pérdida excesiva de peso, estreñimiento, poca tolerancia al frío y coloración azul en los dedos, mientras que los signos conductuales son vómito autoinducido, uso de laxantes o diuréticos, periodos de consumo compulsivo de alimentos, no comer en público, irritabilidad, depresión o mal humor y falta de interés en socializar”, detalló.
Con respecto al tratamiento, señaló que no es un camino fácil, pues muchas personas enfermas no desean buscar ayuda, que se proporciona a través de una combinación de factores y recursos que incluyen terapia, educación nutricional y tratamiento médico, en caso de desnutrición severa u otras complicaciones médicas relacionadas con la anorexia nerviosa.
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JG