En la presentación del libro “Memorias de la Colonia Alemán” de Jorge Armando Arceo Vargas, en la cual, los invitados especiales fueron vecinos con más de medio siglo viviendo en el lugar, el escrito narro algunos pasajes que hicieron llorar y reír a más de uno con recuerdos de su infancia y su adolescencia.
Arceo Vargas, manifestó que, al escribir el libro más de un suspiro se le escapó y varias sonrisas se asomaron en su rostro, sin embargo, un halo de nostalgia invadió su corazón, pues muchos de los recuerdos se han esfumado y las nuevas generaciones no podrán disfrutar, como el cine maya del cual narro diversas aventuras de su niñez.
“A la matiné íbamos solos, sin adultos, era normal, los asaltos y los secuestros no existían, los domingos después de misa religiosamente acudíamos al cine maya, nos echábamos dos películas al hilo y algunos se quedaban hasta la función de la noche, en ese entonces la producción de películas era desde la mañana y continuaba sin parar hasta la noche, por eso decían que era cine de permanencia voluntaria, todo por el mismo boleto”
“No era una colonia de ricos y algunas familias no tenían dinero para pagarle a sus hijos los boletos de entrada al cine cada domingo, por lo que a veces algunos nos colábamos, esperando a que el camaleón o el pata de palo no nos cacharan”
La breve lectura de pequeños fragmentos del libro, hizo que entre los mismos asistentes se escuchara “¿Te acuerdas de eso?, ¿Nosotros hicimos eso?, ¿Qué bellos recuerdos?, por lo que al término el literata recibió una ovación de pie, mientras le pedían la segunda parte habiendo tantas cosas que no se contaron y que se quisieran recordar, agradeciéndole por tan emotivo momento.
Síguenos en Google News y recibe la mejor información
GC