El cultivo de la papaya maradol va en decadencia, ya que en estos últimos años los productores fueron duramente golpeados por las tormentas tropicales registradas en el 2020, la contingencia del coronavirus, compradores que machetean el precio y posteriormente la falta de trabajadores en los plantíos; la gran mayoría que se dedicaba a la actividad ahora se encuentra en el proyecto del Tren Maya, afirmó el productor Freddy Sansores Mena de la Huerta.
Dedicarse a la producción de papaya en esta región no es redituable, debido a dos factores que están afectando gravemente la actividad; primero, los compradores de Quintana Roo, en especial hoteleros y restauranteros, se han vuelto muy exigentes, principalmente a la hora de pagar el precio que se les proporciona; actualmente el precio fluctúa entre los 20 a 25 pesos por kilogramo además escogen la fruta que no tiene algún defecto, por lo que de una tonelada se puede regresar hasta 300 kilogramos. El productor detalló que por cada kilogramo le deja una utilidad de dos pesos con la que se deberá cubrir el sueldo del conductor, la estancia, el combustible y el sueldo de trabajadores.
Actualmente, la fruta vale 12.50 pesos en el campo y la gran mayoría de lo que se consume a nivel local, se extrae de la central de abastos, cosechada en el cono sur del Estado.
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Lo segundo es que las personas del campo optan por una cabida en el Tren Maya, les reditúa más que trabajar en el plantío, por ende, exigen un salario que sobrepase los 300 pesos por día, de lo contrario no aceptan, ahora para mantener 20 hectáreas de papaya es una locura, pues no hay alguien que las atienda.
Freddy Mena recordó que antes del año 2020, el cultivo había ganado terreno en la zona Oriente, pues varios productores dedicados a esta actividad, como tal el caso de don Freddy, recordó que tenía una superficie de 45 hectáreas, produciendo a la semana 90 toneladas de fruta, posteriormente se trasportaba hasta Monterrey; el precio fluctuaba entre 5 y 6 pesos pero debido a la cantidad que se trasladaba alcanzaba cubrir los gastos, dejando también una buena utilidad para el pago de trabajadores y a priori de eso, se comenzaba un nuevo ciclo agrícola.
Descapitalización
Entre los factores que ocasionaron la perdida de capital, se encuentran los fenómenos naturales y la emergencia sanitaria, el primer golpe fue en el año 2020 cuando los fenómenos hidrometeorológicos Delta y Gamma puso de rodillas a los productores agrícolas, en especial a los que tenían grandes extensiones de cultivo de la papaya maradol como Fredy Sansores que contaba con 15 hectáreas, ante todo lo sucedido registró el 50 por ciento de pérdidas.
El productor agregó que el segundo golpe más duro que ocasionó la descapitalización total fue la contingencia por el COVID-19, afectando gravemente el sector productivo, dejándolos en ultimátum, principalmente a los que se encargaban de surtir el polo turístico de Quintana Roo.
“Todas las personas que nos recibían frutas en Cancún, en especial los hoteleros y restauranteros, la rechazaron, no por la mala calidad, sino por la contingencia, fueron nuestros clientes hasta antes de la pandemia, la consumían y ante la falta de turistas, las 20 toneladas que llevamos a Quintana Roo nos la cancelaron y ¿qué hacemos? Tenemos que desplazarla y a nuestros empleados había que pagarles, teníamos 70 trabajadores; entonces parte de la fruta se vendió en la localidad a precio bajo y la gran mayoría se obsequió a la población”, explicó.
Don Freddy indicó que hace falta apoyo a los productores dedicados a este tipo de cultivos, para recapitalizarse y empezar de nuevo, para hacer renacer la papaya maradol en este sector.
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NM