Los talabarteros del mercado Lucas de Gálvez mantienen una tradición en la fabricación de alpargatas chillonas, sandalias y cinturones “de puro cuero”, como presumen, elaborados por ellos mismos en su mayoría, aunque ahora también incorporan artículos maquilados en otros sitios.
Es un oficio que se transmite de generación en generación, como por ejemplo don José Chan, con más de 50 años en el oficio, quien ahí mismo fabrica calzado característico (para el trabajo), huaraches trenzados y diversos artículos más, pero los cinturones son los que tienen más demanda, se elaboran incluso sobre pedido.
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Las pieles usadas son de cerdo, res y hasta caballo, pasando por otras especies, según sean los encargos.
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Pero la zona, ubicada junto al área de venta de pescado frito, tiene un aspecto sórdido, entre el olvido y las aguas negras, con iluminación a base de focos de baja intensidad y la basura que se acumula durante el día.
La fabricación de accesorios y calzado de cuero han sido parte de la tradición yucateca, en su mayoría por las alpargatas chillonas que usan los jaraneros, de ahí partieron varios modelos de huaraches cerrados, sandalias con bordados y bolsos de distintos tamaños y diseños.
Generaciones atrás, los huaraches y botines elaborados en el mercado eran con piel de venado, pero al entrar como especie protegida migraron hacia otro tipo de pieles. Con suela de llanta, más duraderas.
Debido a la dedicación y materiales de los productos los precios varían, pues el calzado se puede encontrar desde los 350 hasta los 500 pesos, los bolsos entre 550 a 600, dependiendo del tamaño y modelo, entre los puestos del mercado se puede encontrar gran variedad
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NM