Hoy se cumplen 34 años del terrible accidente que enlutó a la población en pleno día festivo mayor a San Francisco de Asís, en donde cuatro personas perdieron la vida al ser atropelladas y otras resultaron heridas a causa de un enorme volquete que perdió los frenos cuando pasaba la procesión con la imagen del patrono.
En la mañana del 4 de octubre de 1989, cuando unos 3 mil devotos comenzaron a llegar a la iglesia del patrono para presenciar la santa misa, era el día más importante en la comunidad.
Humberto Gamboa, poblador, señaló que después de la misa los fieles se enfilaron para bajar a la efigie y realizar la procesión por las avenidas principales de la población: “Era un día muy lindo, todo estaba bien, había una multitud de gente, como sigue ocurriendo hasta la fecha. Vino gente de muchos pueblos, porque es el día principal de la imagen en que se venera”.
Con mucha nostalgia y tristeza en la mirada, Humberto recordó cómo fue desenvolviendo la trágica historia: “Las campanadas de la iglesia sonaban durante el recorrido, la música de charanga y los fuegos artificiales daban aviso que la procesión estaba recorriendo las calles”.
En un abrir y cerrar de ojos, el entorno cambió por completo. Los gritos y llantos comenzaron a escucharse cuando un volquete que llevaba 10 toneladas de piedras se impactó con un vehículo y atropelló a varias personas, resultando cuatro fallecidos y decenas de lesionados: “Todo cambió de repente, el volquete se vino sobre la procesión. El santo que tenían cargado lo soltaron y se rompió la parte del brazo. La gente comenzó a gritar por la terrible tragedia que había sucedido”.
En su recuerdo, Humberto dijo que los fallecidos pertenecían al municipio de Sinanché y la comisaría del puerto de San Crisanto, así como de Dzemul. Entre ellos, se encontraba una adulta mayor, dos niños y una señora. De manera inmediata, el último día de la fiesta se canceló y el pueblo quedó de luto: “Fue una tragedia terrible que ha marcado al pueblo en el mero día festivo. Yo todavía lo recuerdo bien”.
Comentó que los lugareños pensaron que lo que se avecinaba sobre ellos era un toro, pues ese día se iba a soltar un animal negro de lidia, muy bravo, de una persona de la población. '¡Hay viene el toro!’, gritaba la gente. Los que iban delante de la procesión corrieron y los de atrás resultaron afectados”.
Con dolor en la mirada, Gamboa reveló que él sacó a los dos menores que fallecieron aplastados por el enorme camión, para entregarlos a su familia. “Estaban hechos pedazos. Se tuvo que mover el volquete entre toda la gente para sacar los cadáveres”.
Los cuerpos fueron llevados hasta el Palacio Municipal en donde se les hicieron las autopsias. Indicó que la mayoría de los rescatistas ya han fallecido, pero personas como él que aún están con vida y que fueron testigos y ayudaron a las personas aún suelen platicarlo. “Es la peor tragedia que ha ocurrido en la fiesta, sobre todo el mero día de la actividad religiosa. Gracias a Dios no ha ocurrido nada de nuevo, pero a muchos se les ha quedado en la memoria el suceso”.
Síguenos en Google News y recibe la mejor información
NM