De acuerdo con la última encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh), se destaca que el 21.8 por ciento de las ciudadanas en Yucatán han experimentado violencia emocional en sus hogares; de igual manera, reveló que la violencia económica afecta al 16.8 por ciento, la física al 8.7 por ciento y la sexual al 5.6 porcentual de las mujeres en la región.
Noticia destacada
Se manifiestan en Monumento a la Patria por el Día de Eliminación de Violencia contra la Mujer
Asimismo, mostró que el 71.4 por ciento de las yucatecas mayores de 15 años han sufrido algún tipo de maltrato a lo largo de sus vidas; por su parte, la psicóloga clínica, Marissa Chablé Medina, indicó que los resultados ponen en manifiesto la urgente necesidad de abordar y combatir la violencia de género en la Entidad.
Por otro lado, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) de la Secretaría de Gobernación (Segob), indicó que 7 mil 663 mujeres realizaron llamadas de emergencia al 911 hasta el último corte realizado en el mes de octubre.
De las cuales, mil 976 yucatecas han realizado llamadas de emergencia relacionadas con casos de violencia al 911, con una incidencia de 166.7 por cada 100 mil mujeres.
Asimismo, el informe indicó que en el desglose de dichos reportes, 150 de estas fueron por temas relacionados con el abuso sexual, es decir, que 6.43 mujeres por cada 100 mil solicitaron ayuda por dicha causa, mientras que 77 de las llamadas a emergencia fueron relacionados con incidentes de acoso u hostigamiento sexual, con una incidencia de 3.30, mientras que 47 mujeres realizaron llamadas por temas de violación, con una tasa de 2.02.
De igual manera, informó que, 2 mil 808 llamadas fueron realizadas pidiendo ayuda por violencia con sus parejas, es decir, 94.6 de cada 100 mil mujeres y 2 mil 605 lo hicieron por temas de violencia familiar.
Por su parte, Chablé Medina comentó con respecto a la encuesta que, en un intento por abordar la complejidad de la violencia contra las mujeres, “es esencial comprender sus diversas manifestaciones. Desde la violencia física hasta la psicológica, firmando que, cada forma deja cicatrices invisibles”.
“La detección temprana se convierte en una herramienta crucial para la prevención e incluso puede salvar vidas”, dijo.
Indicó que existen siete tipos de violencias en contra de las mujeres; dentro de las cuales se encuentran la física, psicológica, sexual, económica, digital, institucional y la vicaria.
“La agresión física deja marcas evidentes, pero su detección implica observar signos de lesiones inexplicadas o frecuentes. Combatir esto implica buscar ayuda legal y médica, promoviendo un entorno seguro; por su parte, la psicológica es menos visible pero igualmente perjudicial, pues incluye insultos, control y manipulación emocional. Detectarla requiere prestar atención a cambios en el comportamiento y autoestima. Combatir implica buscar apoyo emocional y profesional; así mismo, la sexual es aún más difícil de reconocer, pero se puede percibir en los cambios en la conducta sexual o trastornos emocionales pueden indicar su presencia. Luchar implica denunciar y acceder a servicios de apoyo para la recuperación”, señaló.
“Una de las violencias que menos se habla es de la económica, que se refiere al control financiero, que es una forma sutil, pero poderosa de violencia, se observa la restricción económica y el acceso limitado a recursos, combatirla implica buscar independencia financiera y asistencia legal; actualmente también hay violencia digital, que es el acoso en línea y la invasión de la privacidad son amenazas crecientes; es un tema nuevo, pero para combatirla se exige educación sobre seguridad digital y denunciar el ciberacoso.
Por otra parte, la violencia institucional se da porque las instituciones pueden perpetuarla a través de políticas discriminatorias, en este caso se deben analizar estructuras que perpetúan desigualdades y promover cambios sistémicos y apoyar reformas legislativas”, dijo.
Asimismo, comentó que, la violencia vicaria implica ejercer control, castigo o intimidación hacia una persona a través de actos dirigidos a afectar a sus seres queridos, como hijos, familiares o mascotas. Este tipo de violencia reconoce que el daño indirecto puede ser tan perjudicial como el daño directo, creando un ambiente de control y miedo en el contexto de violencia de género. “Combatir la violencia vicaria implica abordar la seguridad tanto de la persona afectada como la de sus seres queridos”, dijo.
Síguenos en Google News y recibe la mejor información
LV