En lo que va de 2023, 82 mujeres han denunciado agresiones al interior de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), pero la gran mayoría se han desechado por improcedentes o por desistimiento de las víctimas, aseguró la secretaria ejecutiva del Protocolo de Violencia de Género, Cristina Villarreal Cabrera.
Esta falta de consistencia en las demandas deriva en un mínimo de quejas que proceden -cuya sanción se desconoce-: de agosto de 2022 a agosto de 2023, solo 27 expedientes se han concluido, es decir, que solo uno de cada tres.
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Explicó que muchas quejas fracasan porque “ya no son procedentes” -no explicó las razones- o porque las denunciantes se desisten, por “situaciones personales”. Aclaró que, salvo en los casos en los que las víctimas sean menores de edad -no especificó cuántos-, el procedimiento no puede seguirse sin el consentimiento de la afectada.
Por si fuera poco, aseguró que la última encuesta a más de 3 mil estudiantes de licenciatura reflejó el 74 % sufrió algún episodio dio de violencia de género digital y la mayoría fueron mujeres, “lo que da cuenta que la violencia en contra de las mujeres es una realidad y en la UADY hay que visibilizarla para desarticularla”.
Recordó que este protocolo de violencia se activó en 2009 y permite analizar y tener un proceso correspondiente para aquellas situaciones de conducta de violencia de género, discriminación, acoso, hostigamiento o abuso sexuales.
Explicó que es un modelo de atención específico que observa ese tipo de conductas y que ya se tiene conformado un modelo de atención en el cual las personas pueden acceder y ya no se trata como una conducta delictiva, sino con un modelo de atención multidisciplinario.
“Nosotros atendemos directamente con un profesional de psicología y un profesional en derecho, los cuales nos apoyan en los modelos de contención, así como para llevar la debida diligencia del proceso, respetando las situaciones de dignidad para ambas partes”
Aseguró que entre las alumnas ya hay una mayor aceptación y un mayor conocimiento y difusión de protocolo porque saben que las quejas se analizan y se inicia el procedimiento, a pesar de que en algunos casos las chicas ya no quieren continuar. “Pero definitivamente si se tiene un mayor uso de esta herramienta”.
Explicó que en algunas ocasiones ellas deciden no continuar por situaciones personales que las conllevan y este protocolo es voluntario, por lo cual no se puede seguir el proceso sin el consentimiento de las afectadas, a excepción de quienes sean menores de edad en los niveles de medio superior y es obligación de vigilar que se continúen estos procedimientos.
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NM