Uno de los dulces propios de la época de Navidad en las comunidades rurales de Yucatán son los buñuelos de camote aderezados con miel, que forman parte de las meriendas en el día de la Navidad y son por excelencia uno de los tox, como se les dice en lengua maya a los dulces que se sirven después de las novenas, principalmente las propias de estas fechas que son dedicadas al Niño Dios o a los Santos Reyes.
La falta de cultivos propios en las milpas que van en descenso en algunas regiones del Estado, ha hecho que se limite la producción del camote y, desde luego, hace que escasee el ingrediente para la elaboración de este dulce tan peculiar.
Una de las cocineras de la comunidad de Tekal de Venegas explica cuál es el modo de preparar este popular dulce navideño.
Antonia Ceh May, vecina del municipio, se refirió al modo de prepararlo: “Primero se sancocha el camote en agua, para que cuando esté en un punto medio se pueda hacer la masa; se espera que se enfríe y se comienza a preparar. Algunas personas le ponen un poco de harina para que al preparar los buñuelos estos no se rompan en su forma propuesta. Los buñuelos son pequeños circulos con un poco de hundido al centro, que se fríen en aceite hirviendo. Tras ser bien cocidos, se sirven con un chorro de miel natural que es un buen aderezo para los comensales y los que degusten de este postre muy tradicional de diciembre”.
La cocinera también destacó que este dulce para Navidad es conocido como el tuchito, diminutivo del tuch del Niño Dios.
Sobre la relación de estos buñuelos con el tuch del Niño Dios tiene su origen en las antiguas creencias mayas de que cuando un niño nace se cuida un pedazo de su cordón umbilical, que es la parte que se desprende cuando se hunde el ombligo, esta parte en caso de ser varón debe ser tirada en el monte, lejos de la cabecera municipal para que con esto el niño pierda el miedo. En cambio, si es una mujer, el pedazo sobrante debe ser enterrado bajo el fogón de la cocina de la casa maya. Siendo este dulce muy propio de la época, por la temporada de la cosecha de camote, es que se relaciona probablemente con el tuch del Niño Dios, al ser uno de los dulces propios de la temporada en las novenas y devociones ofrecidas en las casas de los feligreses.
El maestro Raúl Guillermo Ruiz Dzib, cronista del municipio de Teabo, comentó: “En el caso de mi municipio, los buñuelos de camote son el dulce por excelencia que se ofrece en la Nochebuena y aun en las novenas al Niño Dios, se dice que es el tuch del Niño y por eso es también, como todo dulce ofrecido en una novena, una bendición poder compartir este postre. En Teabo se organizan las visitas a los nacimientos y los buñuelos se lucen como postre principal y tradicional”.
En el caso de Tekal de Venegas, la producción del camote ha disminuido notablemente, a razón de que el número de hombres dedicados a la milpa tradicional está en franca decadencia. Sobre esto, el vecino Froilán Chi destacó: “Casi ya no hay milperos en nuestro pueblo. Lo que prevalece en consecuencia es que no tengamos producción de la milpa, el camote no requiere de muchos cuidados, básicamente de la buena lluvia, pero aún sí, este año casi no ha habido el tubérculo y, por lo tanto, conseguirlo para hacer el dulce propio o los buñuelos se hace difícil”.
Los precios del camote natural varían según los casos, siendo su costo estándar este año de 35 pesos el kilo, pero la limitada producción puede elevarlo hasta llegar el kilo a 50 pesos. En los municipios del centro de la Entidad los precios del camote están en precios semejantes.
Los buñuelos de camote forman parte de la rica tradición repostera de la época navideña en esta región, que se nutre de la alegría y ternura que este tiempo, expresó Froilán Chi.
Síguenos en Google News y recibe la mejor información
NM