Turistas de Querétaro manifestaron que Viva Aerobus les cobró 950 pesos por una maleta de mano, con el argumento que rebasaba las medidas mínimas del contenedor, lo que consideran un abuso, toda vez que en el vuelo en el que llegaron a Mérida, hace dos semanas, no les aplicaron ese cargo, lo cual es sospechoso, dijo Silvia García.
La afectada acudió al módulo de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) en busca de asesoría, donde se le informó que lo mejor sería que interponga su inconformidad en la delegación de la mencionada dependencia en Querétaro, para que la devolución de su dinero sea en esa entidad, en caso contrario tendrían que regresar a Mérida para realizar los trámites correspondientes.
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La señora García agradeció la atención y orientación que tuvo por parte del funcionario, una vez calmada dijo que fuera de ese incidente, las dos semanas que pasaron en Sisal y otros puntos de la costa como Celestún y Chelem, fueron maravillosas, excepto los días que hubo un frente frío que les impidió bañarse, porque el mar estaba algo picado y el agua fría.
Acompañada de José Várguez Rodríguez mencionó que se va encantada del sitio donde habitan los flamencos, por ser un lugar muy tranquilo y un panorama espectacular, así como el agua cristalina y tranquila de los cenotes en Santa Bárbara, en Homún, donde se pasaron todo un día, pero insuficiente para disfrutar de un sitio bellísimo.
Por su parte, María Flores Monero, de la Ciudad de México, manifestó que el encargado del módulo de la agencia de renta de autos le cobró 8 mil 400 pesos de diferencia para hacerle entrega del auto que había reservado hace cuatro meses, además de que debía esperar hasta el lunes, porque no tenía unidades disponibles, cuando el compromiso era entregarlo al llegar para trasladarse al hotel de Uxmal, donde debía llegar antes de las 12:00 horas o perdería su reservación.
Indicó que también tiene reservaciones de hotel en la zona arqueológica de Chichén Itzá y en Mérida, que corre el riesgo de perder al no tener como trasladarse a esos sitios.
Con el apoyo del inspector de la Profeco, el empleado se comprometió a entregar un auto a la visitante, pero que había que esperar por lo menos 40 minutos, lo que aceptó.
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NM