Una lechuza nocturna que fue capturada por agentes ecológicos municipales, fue entregada a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), dependencia que vinculó a este ejemplar al zoológico Animaya, donde podrá adaptarse a su nueva vida.
Se averiguó que el animal fue enjaulado luego de una denuncia ciudadana que indicó que el ave se encontraba desorientado en las calles del oriente de la ciudad, aparte de que ante cualquier intento de contacto humano, el animal tendía a esconderse, por lo que fue imposible que el conjunto vecinal de esa zona pudiera atraparlo.
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Tras la llegada de los policías ecológicos, se procedió a implementar protocolos respectivos a fin de no afectar a esta lechuza, pues fue notorio que se encontraba bajo un cuadro nervioso por encontrarse dentro de la ciudad. Se destacó que también corrió con suerte de que no le pasara algún vehículo por encima, ya que las autoridades encontraron al ovíparo en la vía asfáltica de la carretera que conecta a la cabecera municipal con Chicxulub.
A pesar de que la mayoría de las capturas de estos animales se hacen a la brevedad para llevarlos de manera urgente rumbo a la reserva natural “zona cero” que se encuentra precisamente rumbo a la comunidad mencionada, se optó por llevar al ejemplar a la base central para una examinación.
El chequeo corrió a cargo del especialista Diego Gómez Novelo, quien determinó que se trató de una lechuza de campanario (Tyto Alba), misma que se caracteriza por un aspecto fantasmal en su rostro, aparte de que es considerada de “mal augurio” por varios pobladores de la tercera edad que crecieron con la leyenda yucateca, de que si se encontraba a un animal de estos, lo más recomendable era insultarlo para que se vaya y no cause problemas.
Destaca que a pesar de que estas especies suelen ser llevadas a la zona natural especificada, en esta ocasión se turnó el caso a Profepa, cuyos elementos acudieron este mismo martes a las instalaciones de la policía ecológica para llevar a cabo su traslado.
El nuevo hogar de esta ave será en Animaya, un zoológico que se asegura que contempla espacios para que aves como esta puedan retornar a su hábitat, pues están rodeados de naturaleza y son tratadas bajo estricta supervisión a fin de que tengan varios años de vida.
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AA