Juan Gabriel López Polanco, visiblemente emocionado, se fundió en un fuerte abrazo con su esposa, Deysi Laura Castillo Interián, e hija, a quienes no veía desde hace cuatro años, pero que para él “fueron como cuatro siglos” porque las extrañaba mucho.
“Me fui cuando apenas tenía tres años de edad, hoy está a punto de cumplir los siete, y espero celebrar esa ocasión como nunca”, comentó el oriundo del Pueblo Mágico de Maní, Yucatán.
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“Me da gusto que me hayan venido a recibir mi mamá, hermanas y demás familiares y gracias a Dios ya estoy acá y vine para quedarme, porque la forma de vida en San Francisco, aun cuando es muy difícil, logré mi objetivo de conseguir el sueño americano y regresar a mi pueblo natal, donde uno puede vivir libre y sin temor a ser deportado. Lo que más extrañaba era el tradicional poc chuc, que es uno de los platillos tradicionales de Maní, que da de comer a muchas familias y cautiva a las personas que visitan esta localidad"
Comentó que en San Francisco se gana bien y se trabaja mucho y sólo los fines de semana, se podía salir a convivir en algún parque público, ir al cine o cualquier otra diversión para eliminar el estrés y al día siguiente retornar al trabajo de más de 12 horas para conseguir dinero para pagar la renta y otros gastos y guardar algo para enviarle a su familia.
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CC