El Carnaval de Mérida pasó y muchos hoteles del Centro Histórico nunca recibieron las pulseras que tanto promocionó el Ayuntamiento para que los visitantes acudan al derrotero. Y en los pocos alojamientos donde se distribuyeron, en su mayoría se quedaron sin usar.
De esta manera se exhibe a la Comuna, pues vendió el evento como de sumo interés para los turistas que vienen a la capital yucateca, pero la realidad es que las autoridades solo trataron de colgarse de la notable afluencia de visitantes en días recientes.
POR ESTO! informó previo a la celebración a Momo que los hoteleros indicaron que la elevada ocupación no tenía nada que ver con esta festividad y las estadísticas de la Secretaría de Fomento Turístico respaldaron tal afirmación.
Asimismo, en la víspera, los colaboradores de los hoteles desconocían la mecánica de promoción del Carnaval y la situación no cambió en su último día.
De todos los recintos consultados en el Centro Histórico, solamente en uno hubo respuesta positiva, aunque a medias.
En un hotel ubicado en el Parque Hidalgo indicaron que únicamente les entregaron un cartel con el horario de salida del transporte gratuito para los turistas.
De las pulseras no supieron nada, al igual que en el resto de los lugares a los que POR ESTO! volvió a consultar.
En la calle 60 fueron más contundentes. “No recibimos ninguna pulsera y la verdad, los huéspedes ni preguntaron por el Carnaval. Prefieren conocer las zonas arqueológicas o sitios más tranquilos para pasear”, expusieron.
Y es que, ayer durante la Batalla de Flores, numerosos turistas recorrieron el Centro Histórico y abordaron el turibús.
En cambio, del transporte para Ciudad Carnaval ni sus luces. Es más, en uno de sus puntos de abordaje no ubicaban si era una camioneta o un autobús lo que se destinó para el viaje.
En dos hoteles frente al Centro de Convenciones Yucatán Siglo XXI, finalmente “aparecieron” las pulseras. En uno de ellos comentaron que se entregaron unas 20, que en realidad se destinaron para 10 personas, pues cada una habría tomado un par.
La mecánica era: pulsera azul para tener un buen lugar en el desfile y otra (rosa, amarilla o verde) para el acceso a un concierto.
En el caso del segundo hotel en esa zona, revelaron que se quedaron con todas las pulseras que tenían a pesar de que las ofrecieron a sus huéspedes, que prefirieron ir al Carnaval de Progreso. “Consideraron que era más rápido el viaje y además iban a ir a la playa”, explicó el encargado de promocionar las pulseras.
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CC