En Mérida no es poco común encontrarse cenotes, pero existe uno que ha llamado la atención, ya que este se encuentra dentro delconvento Villa María, fundado hace 64 años, ubicado en la calle 27 de colonia García Ginerés.
Historias señalan que las hermanas misioneras de María Inmaculada se bañaban en el cuerpo de agua cuando se reunían, y que también hubo un tiempo en el que se abrió al público, pero al darse cuenta de que los visitantes no lo cuidaban se habilitó únicamente para visitas de conocimiento.
El convento albergó hasta a 80 monjas; sin embargo, al principio no se podía ingresar debido a su difícil acceso, pero tiempo después, se le construyeron escaleras y barandillas para descender con seguridad.
Desde esos años primeros, las religiosas podían bañarse cuando llegaban de sus retiros o hacían encuentros; esa costumbre recreativa de las hermanas permanece al día de hoy.
Hubo una temporada en el que se abrió para todo el público el lugar, pero a causa de que la gente no lo cuidaba y lo ensuciaba, se tomó la decisión que únicamente permitir las visitas para observarlo; nunca se ha cobrado nada por entrar a verlo.
El cenote del convento Villa María de Mérida tiene una profundidad de 8 metros siempre ha tenido el azul muy característico, la temperatura del agua es tibia y se conecta con otros cenotes cercanos.
Es uno de los 3 cuerpos de agua que se preserva, pues muchos otros fueron tapados y se perdieron entre las construcciones de la ciudad.
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CC