Como parte de las actividades de la Semana Santa, el arzobispo Gustavo Rodríguez Vega ofició la misa crismal en la Catedral de Mérida, en la que 200 sacerdotes renovaron su promesa.
Se trató de la celebración especial para el clero de la entidad, que es la única del año litúrgico y se realiza en Miércoles Santo.
En ella se realizó la consagración del Santo Crisma y la bendición de los otros dos aceites, lo que se considera una de las principales manifestaciones de la plenitud sacerdotal.
Los aceites se bendicen uno para que los sacerdotes ungen a las personas con cierta gravedad y el de la catecúmenos son para los que se bautizarán y untan en el pecho.
La Catedral de Mérida lució prácticamente llena en la que aproximadamente 2 mil personas se dieron cita en esta actividad.
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GC